33. Clara y Astrid

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¿Cómo qué antes los ángeles no eran obligados a perder su humanidad? ¿Podían mantener sus cuerpos? ¿Sus emociones?

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¿Cómo qué antes los ángeles no eran obligados a perder su humanidad? ¿Podían mantener sus cuerpos? ¿Sus emociones?

—¡¿QUÉ?! —gritamos Aurelia y yo a la vez.

—Bajen la voz —nos regañó Orion—Sí, antes era así.

—¿O sea que yo no tendría que preocuparme por en cualquier momento dejar de sentir? ¿Qué pasó? ¿Por qué eso cambió?

—Clara y Astrid, ellas pasaron.

✨✨✨

Orion nos contó como después de que el Gabriel empezarán una relación o algo así, los cuatro empezaron a pasar más tiempo juntos, pero también que Clara y Astrid comenzaron a verse más sin ellos.

—Es para que ustedes tengan más privacidad —se excusaban.

Orion nunca les acababa de creer. Así que un día junto a Gabriel las fueron a espiar.

—No sé qué tan moralmente correcto sea hacer esto —le dijo el ángel.

—Nos están ocultando algo, solo quiero poder comprobar que no sea nada grave o estúpido, si no es necesario intervenir nos iremos enseguida—explicó el purgato.

—Vamos, es Astrid de quien estamos hablando, no haría nada medianamente estúpido.

—No por su cuenta, pero si Clara la convence, sí.

Gabriel no estaba muy convencido, pero la verdad es que se dejaba convencer bastante rápido por lo que fuera que Orion dijera, confiaba mucho en su juicio y opinión, demasiado.

—¿Y necesariamente tenemos que escondernos en los arbustos? —preguntó Gabriel soltando una risita nerviosa.

—Es sumamente necesario —le respondió pelinegro con total seriedad.

—En vez de espiarlas, podríamos usar este lugar para otras cosas.

Gabriel lo besó suavemente, casi convenciendo a Orion, casi.

—Luego, ahora concéntrate.

 La pareja esperó escondida que llegarán las mujeres.

—Esa mujer te estaba coqueteando —le reclamó Clara a Astrid.

—No me di cuenta —dijo Astrid sin tomarle mucha atención.

—Pues yo si —dijo Clara intentando disimular fallidamente su molestia.

—¿Y es un problema para ti? —preguntó el ángel. Al ver que Clara no respondió, le besó la frente— No veo el porqué, tu sabes que solo estoy enamorada de ti. Para mi, es como si una parte de mi alma y corazón fueran completamente tuyas.

La mujer demonio mantenía su mirada en el piso avergonzada.

—Lamento ser insegura, es solo cosa mía —respondió apenada.

Ángeles y demonios se besan en el PurgatorioWhere stories live. Discover now