26. Reemplazo

53 9 24
                                    

Me alegraba que la oficina de Ariel estuviera más iluminada y ordenada que la última vez que la había visitado

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Me alegraba que la oficina de Ariel estuviera más iluminada y ordenada que la última vez que la había visitado.

—¿Hacía donde apunta la ventana? —pregunté.

Estaba seguro de que era nueva, mostraba un bonito bosque.

—Es una ventana ilusión, cada día muestra un lugar diferente del mundo humano —explicó—. Me lo regaló un... amigo.

Y hablando de él, apareció un chico de cabello rizado y amplios anteojos redondos entró a la habitación a tropezones, era bastante alto y parecía que no controlaba bien sus extremidades.

—Ari, pillé unos documentos sobre los protocolos para ángeles guardianes negligentes —dijo dejando una pila de papeles sobre el escritorio— ¡Hola, no te había visto! —exclamó percatándose de mi presencia.

¿Le había dicho "Ari" a Ariel? Alcé las cejas intrigado.

—Haniel, él es mi amigo y compañero de trabajo, Raguel. Ragui, él es mi casi amigo, Haniel —nos presentó Ariel algo sonrojado.

Raguel me estrechó la mano con una sonrisa amistosa y entusiasta, demasiado para mi.

—Un gusto conocerte, ahora debo seguir juzgando ángeles, espero que nos veamos nuevamente.

Y salió tan rápido como entró.

—¿Y son novios entonces? —pregunté curioso.

—¿Qué? ¡No! ¿Siquiera escuchaste la parte en la que te lo presente como un amigo? —chilló.

Me eché para atrás.

—¿Pero son algo? Digo, te llamó Ari—dije imitando su suave voz—, tú lo llamaste Ragui, hubieron miradas y sonrojos. Según mi amplia experiencia obtenida de películas y libros humanos, esas cosas significan algo.

Ariel se agarró la cabeza con frustración.

—No lo sé, hace poco lo transfirieron y le empecé a coquetear, digo, es apuesto, pero cuando lo comencé a conocer me di cuenta de que creo que es el ser más dulce e inocente que hay en el universo y me dio mucha culpa, así que ahí quedo la cosa. Lo quiero y creo que me gusta, por eso no quiero avanzar y arruinar todo.

Me alegraba que al parecer yo ya no le gustara.

—¿Y le has preguntado que siente el? Tal vez el también siente algo —sugerí.

El negó con la cabeza.

—Claro que no, no tengo problemas en experimentar el placer temporal que proporciona un cuerpo humano, pero el formar un vínculo así... es demasiado para mi —explicó con cansancio.

—Yo creo que, si esas son tus preocupaciones, es que el vínculo está, lo quieras o no.

Pareció que Ariel quiso matarme con la mirada.

Ángeles y demonios se besan en el PurgatorioWhere stories live. Discover now