21. ¿Amo a Paimon?

50 10 3
                                    

Después de estar con Ariel, fui directo a casa

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Después de estar con Ariel, fui directo a casa. Me senté en mi cama y tan solo esperé en soledad, no se que esperaba. Las yemas de mis dedos tocaban mis labios, que no podían creer que hubiera besado a Ariel. Y eso no era lo peor, lo peor era que luego de eso solo podía pensar en una persona: Paimon.

¿Qué significaba eso?

¿Qué significaba lo que me había dicho Ariel, de estar con quien realmente me gustaba?

Tal vez significaba... No, no podía ser.

Ariel estaba confundido, no me conocía lo suficiente. Yo si me conocía lo suficiente ¿O no?

—Haniel ¿Estas bien? Te vez muy pálido —dijo Aurelia entrando a la habitación.

—Ariel me besó y yo le seguí el beso- —escupí las palabras.

La boca de Aurelia se volvió una gran "o".

—¡Sabía que le gustabas! —exclamó mi amiga victoriosa para luego observarme con pena—¿Por qué eso te pone así de triste?

—Porque se sintió mal, no se supone que yo deba ir por ahí besando personas ¡Me volverán incorpóreo en cualquier momento! —No se en que punto empecé a llorar— Y lo peor es que no era a el a quien quería besar, mientras lo besaba solo podía pensar en...

—En Paimon ¿no? —completó mi oración.

Un profundo sollozo surgió de mí.

—No lo digas, suena más real si lo dices —lloriquee.

Las lagrimas brotaban sin control, desenredando ese nudo en mi pecho que tanto dolía. Intenté desenredar los nudos de mi mente peinando los de mi cabello con desesperación. Quería escapar de mi propia mente, de mi propio corazón, de todo lo que no podía, lo que no debía ser.

Aurelia se sentó a mi lado y dejo que la abrazara con fuerza. Me aferre a su blusa como si mi vida dependiera de ello.

—Es un demonio y yo soy un ángel, si alguien más se entera será mi perdición. Además, es mi amigo ¿Cómo puedo estar pensando cosas tan asquerosas? Soy asqueroso, soy un pecador —Estaba desesperado.

Aurelia puso sus manos en mis hombros intentando tranquilizarme.

—Respira —pidió.

—No puedo, no puedo, estoy arruinando todo.

—Técnicamente no esta prohibido, no te van a desterrar solo porque sientas algo por un demonio. Incluso si tuvieran algo, no está técnicamente prohibido, no te pueden hacer nada y a el tampoco. Yo estoy contigo, no dejaré que te hagan nada.

Sentía la cara ardiente y roja.

—La guerra Aurelia, la guerra.

No tuve que decir nada más para que ella me entendiera.

Ángeles y demonios se besan en el PurgatorioWhere stories live. Discover now