Capítulo 19.

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En nuestro mundo distorsionado.

Grace sólo le sonrió y acarició su mejilla con torpeza, porque nunca fue de demostrar afecto, y se le complicaba bastante como hacerlo. Se bajó del vehículo, y luego fue hasta la puerta del copiloto, y la abrió.

—¿Puedes caminar sola?— Preguntó Grace viéndola con atención.

Agnes asintió, y salió del vehículo, pero apenas dió un paso, cayó al cuelo.

—Estúpida.— Murmuró Grace con risa y cerró la puerta del auto.

Tomó a Agnes con fuerza y la colocó en su hombro derecho, y la pelirroja comenzó a reírse.

—Oye Grace.— Dijo Agnes divertida y un tanto pícara.

Grace abrió la puerta de la entrada, y luego la cerró con cuidado.

—¿Mm?

Agnes soltó una pequeña risa y luego suspiró.

—Tienes un culazo.— Dijo Agnes diciendo la palabra "Culazo" en un español torpe.

—¿Hablas español?— Preguntó Grace con risa y entró al ascensor con Agnes en su hombro.

—Señorita Grace, ¿Necesita ayuda?— La voz femenina del ascensor habló y Agnes se lanzó al suelo del susto al oírla.

—¿Este ascensor tiene vida propia o qué?— Preguntó Agnes con su voz torpe.

Grace la volvió a tomar con fuerza y la colocó en su hombro, y le dió una nalgada.

—Quédate quieta.— Dijo la castaña con más seriedad.

—Soy una programación creada por la señorita Grace, sólo ella puede entrar al ascensor y pedir lo que sea apenas hable.— Volvió a hablar la voz y las puertas del ascensor se abrieron.— Feliz noche, señorita Grace.

—A la verga.— Murmuró Agnes incrédula.

Grace la acostó en su cama con cuidado, y luego se alejó y respiró hondo, se estaba estirando los brazos, y Agnes la veía embobada.

—Te voy a meter en la ducha.— Dijo Grace quitándose los zapatos.

—No.— Dijo Agnes y se acurrucó bajo las sábanas.

Grace suspiró y se quitó su chaqueta.

—Agnes, levántate.— Dijo Grace en un tono autoritario.— No pienso dejar que duermas en mi cama toda sucia.

—Duermo en el piso.

—No.

—Sí.

—¡Que no!

—¡Que sí!

—Voy a violarte, Agnes.

La pelirroja se quitó las sábanas de inmediato, y se levantó de la cama con brusquedad, y se fue quitando la ropa rápidamente, a pasos torpes caminó al baño, pero se cayó, y Grace la tomó entre sus brazos, y la metió en la ducha.

¿Te quiero a ti? ¡No! ¿En tú mirada? ¡Menos! #3Where stories live. Discover now