Capítulo 54.

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Noitcudes.

El reloj marcaba las 12:15 pm.

Se levantó con pesadez y caminó hasta su baño, para darse una ducha relajante, sintiendo como el agua fría recorría su cuerpo, y soltaba un suspiro de alivio.

—Grace.— Escuchó la voz de su madre Emma detrás de la puerta de su baño.

—Me estoy duchando, ya salgo.— Dijo mientras cerraba su grifo y envolvía una toalla alrededor de su cuerpo.

—Necesitamos hablar, te espero abajo.— Dijo Emma y se escuchó sus pasos salir de la habitación de su hija.

Grace salió, y se vistió son un conjunto deportivo, y soltó su cabello que estaba húmedo, y bajó hasta la sala, donde vió a George, junto a su abuela Angélica, y Emma estaba en el bar sirviéndose una copa de vino.

—Cielo.— Dijo su abuela al verla.

Grace se acercó a ella y besó su mejilla y se sentó al frente de ella con una sonrisa amable, y luego miró a George y le sacó la lengua, a lo que el rubio le sacó el dedo del medio.

—¿Nos acompañas a visitar a Cassandra?— Preguntó su abuela.

—Sí, ¿Todo está bien con ella?— Preguntó de enseguida.

—Sí, sólo que quiere verte y decirte algo.— Dijo George levantándose.— No me ha querido decir que es, sólo quiere decírtelo a ti.

Grace lo pensó un momento y se levantó siguiendo a su hermano y a su abuela subir a la camioneta, y Emma fue en la última en subir.

Miró a su madre de refilón y notó como tenía sus nudillos rotos, y apretaba sus manos con fuerza mientras veía la ventana de la camioneta con seriedad.

George condujo hasta la clínica por media hora, aunque todos en la camioneta venían en silencio, y Grace supo que algo no andaba bien. Cuando llegaron a la clínica se dirigieron al jardín, y vieron a Cassandra sentada en uno de los banquillos moviendo sus pies descalzos por el césped.

—Ve.— Le dijo Emma a su hija.

Grace la miró un momento y caminó hasta su madre lentamente, Cassandra no levantó la vista, sólo siguió moviendo sus pies de manera lenta, y Grace se sentó a su lado y sintió la fragancia de su madre.

Cassandra levantó la vista y miró a su hija detenidamente, inspeccionando su rostro, estaba seria, no le dijo nada y volvió a mirar el suelo.

—¿Por qué tan seria?— Preguntó Grace sonando un poco más divertida pero Cassandra no sonrió y sólo suspiró.

—¿Dónde estuviste anoche?— Preguntó Cassandra y Grace arrugó su entrecejo.

—Pasé todo el día en la cascada con Agnes, y llegué anoche cansada.— Respondió.

—¿Y Agnes?— Preguntó Cassandra esta vez viéndola.

—En estos momentos está con su psicóloga.— Dijo Grace viéndola confundida.— ¿Qué pasa?

Cassandra volvió a mirar al suelo y respiró hondo, pero luego abrazó a su hija con fuerza, y estuvo un rato abrazándola y Grace confundida al principio correspondió a su abrazo y luego Cassandra se alejó.

—Puedo cantar mientras lees un libro.— Dijo Cassandra en un murmuro y dos enfermeros llegaron detrás de Grace y la castaña los miró confundido y luego vió a su madre buscando respuesta.

—No entiendo.— Murmuró Grace al sentir los brazos de los enfermeros tomarla con delicadeza pero Grace trató de zafarse de ellos, pero la tomaron con más fuerza y Cassandra miró a su hija detenidamente y se levantó.

¿Te quiero a ti? ¡No! ¿En tú mirada? ¡Menos! #3Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt