Capítulo 52.

527 55 0
                                    

Entonces, ¿Qué piensas?

—¿Quiénes eran?— Preguntó Agnes una vez que Grace entró a la habitación luego de dos horas dejándola sola.— ¿Para qué me llamaste y me pediste venir? ¡No entiendo nada!

La pelirroja estaba histérica y caminaba por la habitación como loca, porque a ver visto a muchas personas muertas la ponía mal, muy mal al punto de tener que...

—No sabía que iban a atacar a mi casa.— Habló Grace con calma acercándose a Agnes y tomándola de los hombros para que se detuviera.— Te llamé porque quería que vinieras a dormir conmigo, porque te extraño.

—Grace, no me siento bien...— Murmuró Agnes cerrando sus ojos y Grace la llevó hasta el mueble haciendo que se sentara.

—El secretario del gobierno mandó unos hombres a quitarme lo que tengo en mi laboratorio, y todo lo hizo a espaldas del propio gobierno y la realeza, lo hizo él sólo, queriendo quedarse con lo mío.— Dijo suspirando molesta.— Eso le va a traer grandes consecuencias.

—Quiero volver a casa.— Dijo Agnes respirando hondo y levantándose del mueble decidida a irse.

Pero Grace la detuvo y tomó su rostro entre sus manos.

—¿Por qué estás tan pálida? Ya lo resolví, los hombres de mi madre se encargaron de los cuerpos, todos estamos bien.— Murmuró Grace viendo a Agnes un poco confundida.

—No me hizo bien todo esto, sólo vine a dormir contigo porque me lo pediste, y sabes que quise, porque también te extraño, pero hay cosas que hacen que retroceda.— Murmuró ida.

—Acuéstate, vamos.— Dijo Grace llevándola a la cama pero Agnes se detuvo y la miró fijamente.

—Volveré a casa, Grace.— Dijo con firmeza.

—No, te quedarás aquí.— Dijo viéndola con seriedad.— No es hora de volver.

—No me siento bien.

—Pues yo haré que te sientas mejor.— Dijo con más calma y acarició su mejilla.— ¿Qué pasa? Sabes que puedes decirme lo que pasa por tú mente.

Agnes respiró hondo y pegó su frente en el pecho de Grace tratando de evitar sus lágrimas.

—Ver tantas personas muertas hacen que mis ganas de morir aumenten.— Confesó en un susurro.

—¿Por qué? ¿No debería ser al contrario?— Preguntó Grace sonando confundida y Agnes negó lentamente.

—Les tengo envidia al verlos muertos.— Susurró en un tono de voz inaudible y ronco.— Porque yo sólo quiero acabar con las cosas que veo, yo sólo quiero detener...

—Vas a estar bien, lo prometo, mi amor.— La voz de Grace sonó tan ronca y suave y la pelirroja la abrazó con fuerza sintiendo que iba a desvanecerse.

—No lo entiendes.— Sollozó mientras la abrazaba.— Yo no deseo verlo más, o verla mientras sufre por sus golpes, yo sólo quiero ver que entre a mi habitación de nuevo haciendo que me calme.

—¿Quién?— Preguntó Grace acariciando su espalda.

—Tú.— Sollozó en silencio.— No has entrado desde que tuvimos esa pelea en el baño, tú te has ido.

Grace respiró hondo y la abrazó con fuerza.

—Estoy aquí.— Susurró besando su cabeza.— No me iré.

Agnes se alejó un poco y la miró fijamente a los ojos.

—Grace, siempre te vas.— Dijo viéndola con sus ojos rojos por el llanto.

¿Te quiero a ti? ¡No! ¿En tú mirada? ¡Menos! #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora