Capítulo 32.

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Nadie merece ese dolor.

Dakota Hamilton, fue encontrada muerta por una herida de bala en su frente en la cocina de su mansión, algunos de su personal los encontraron muerto. Dakota se había convertido en la mejor amiga de su hija mayor Cassandra, su relación de madre e hija se había fortalecido en el momento en que las dos se confesaron su pasado.

Ahora Cassandra no lo sabe.

El día estaba nublado, como si se hubiera puesto de acuerdo para aquél funeral en el jardín de la mansión Hamilton Barker, sólo las personas más allegadas a la señora Dakota estaban ahí y sus familiares.

Grace había salido de la clínica y ahora sólo estaba en su habitación junto a Agnes viendo el funeral de su abuela en su gran pantalla. Grace al enterarse no volvió a mencionar una palabra, no lloro, ni hizo un escándalo, sólo permaneció callada con su rostro serio.

Los gemelos sí habían llorado a moco suelto, y no pudieron soportar la muerte de su abuela que le pidieron a George que les diera una pastilla de dormir y así no estar presentes.

Emma estaba sentada en uno de los bancos del jardín junto a George y Charlie, Ben consolaba a Keyla, y Hunter y Trevor estaban al frente de la urna de su madre con sus trajes negros elegantes llorando en silencio.

El sacerdote comenzó a dar su discurso, y las personas se callaron y sólo se escuchaban algunos sollozos.

Luego la gran puerta trasera de la mansión se abrió y Cassandra hizo presencia. Emma se volteó a verla y sólo quiso morirse en ese momento.

Cassandra tenía las manos atadas, vestía toda de negro con su típica gabardina del mismo color, su rostro estaba pálido y tenía unas grandes ojeras, y esos ojos verdes estaban de un color turquesa sin brillo. Dos hombres de seguridad la estaban escoltando, y ella sólo caminó a pasos lentos, sin mirar a nadie, sin llorar, sólo caminó y se sentó en uno de los bancos al frente de la urna, sola.

Emma quería ir corriendo a abrazarla, pero Cassandra estaba ida, perdida en su oscuro mundo.

El discurso del sacerdote había terminado, y el funeral igual, las personas entraban al interior de la mansión para beber café y luego irse, ya que el entierro sería en la mañana del siguiente día.

Cassandra sólo quedó sola viendo la urna sin ningún tipo de expresión, todos se habían retirado y Emma se quedó a solas viendo el rostro de su esposa.

Emma sabía perfectamente lo que Cassandra tenía.

Cassandra sentía culpa.

Ella sabía que su madre había muerto por su culpa, la habían asesinado por venganza, y todo por su culpa.

Los hombres de seguridad estaban detrás de ella, y Emma les pidió que se retiraran y lo hicieron, pero uno de ellos le quitó las ataduras de las manos a Cassandra.

Emma se levantó para ir hasta su esposa, pero se detuvo de golpe.

—No te acerques a mí.— Dijo Cassandra con su voz seria y ronca.

Aquello había sido una daga para su corazón, el rechazo más grande que había tenido en su vida.

—Cass...

Cassandra se volteó a verla y sus ojos estaban rojos llenos de ira, parecía un demonio, su aspecto y su semblante se habían endurecido, y su mirada se había vuelto tan terrorífica.

—No te quiero cerca de mí.— Dijo ella levantándose del banco.

Estaba a unos metros de Emma, pero la rubia se acercó a ella y Cassandra la miró con seriedad.

¿Te quiero a ti? ¡No! ¿En tú mirada? ¡Menos! #3Where stories live. Discover now