Jeon JungKook es uno de los pocos de su casta, sí, Jeon JungKook es un beta. Uno de los maravillosos y preferidos hijos de la madre Luna.
Para Jeon siempre fue complicado adoptarse a su vida. De pequeño fue el niño del que nadie quería ser amigo, d...
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Sábado a las 3 de la tarde, Jeon JungKook se despertó entre las sábanas de su Hyung y miró su teléfono a media batería. Suspiró frustrado al sentir sus ojos inundarse en lágrimas nada más a segundos de abrirse.
Llevaba así toda la mañana desde que Jin se había levantado para ir a trabajar; despertaba, lloraba, volvía a dormir. Pero el sollozo roto de esa vez fue más fuerte tal vez por el enfado que su lobo comenzaba a sufrir por no poder desahogarse agusto.
JungKook amaba a su lobo dormilón, tranquilo y tonto; tonto porque amaba corretear y hacerlo lucir como un cachorro en algunas ocasiones, pero ahora lo detestaba por querer salir en busca del Alfa que no quería un Beta y del Omega que lo había rechazado.
Las lágrimas de dolor de su lobo y él como humano se mezclaron haciéndolo encogerse sobre sí mismo en la cama y buscar la protección de sus padres como si fuera un cachorro desamparado. Ansiaba tanto estar en casa, con su padre abrazándolo y su madre diciéndole cosas bonitas mientras acariciaba sus mejillas.
Pero no podía ser, él estaba llorando solo en casa de uno de sus Hyung's y sintiendo que se volvería loco.
Así fue como llegamos al momento de ahora; con un Jeon JungKook borracho hasta perder la razón en un bar cercano a casa de Jin ya que llevaba bebiendo, y con el estómago vacío, desde las 4 de la tarde y ya era entrada más noche.
-Oye chico. -Le habló el camarero cuando, por quinta vez seguida, había dejado caer sin querer su propia cabeza contra la barra de madera. -Sé que eres Alfa, pero no había visto uno tan débil con el alcohol en mi vida. -JungKook lo miró con desagrado antes de responder.
-Soy Beta imbécil. -Escupió entre trompicones con la lengua adormecida. -Un estúpido, asqueroso, rechazado y desgraciado Beta. -El camarero lo miró asombrado y repasó en su mente todas las bebidas ingeridas por el chico en esas cinco o seis horas. Si tuviera el metabolismo de un Alfa podría tolerarlo y eliminarlo en minutos y su fuera Onega no habría podido con todo; pero no sabía cómo el cuerpo de un Beta podría procesarlo.
-Hey, ¿quieres que llame a algún amigo? -Preguntó viendo al chico volver a golpear su frente contra la barra; Jeon negó pasando su frente sobre la superficie pegajosa. Ya ni si quiera dolían los golpes en su frente. -Hombre, si llamas algún amigo él podría invitarte a un par de rondas.
-No necesito que me inviten. -Se quejó haciendo sonar su voz amortiguada por la posición.
-¿Seguro? -Jeon se levantó de nuevo y sacó su cartera para ver si dinero.
-¿Qué me sirves por dos chicles y una hoja de laurel? -Preguntó lo más serio del mundo, el camarero lo miró impasible. -También tengo un condón caducado. -Ofreció como mejor oferta.
-Ten, marca el número de algún amigo por favor. -Le ofreció el teléfono inalámbrico del bar. Maldiciendo entre dientes comenzó a marcar el número de NamJoon.
