Jeon JungKook es uno de los pocos de su casta, sí, Jeon JungKook es un beta. Uno de los maravillosos y preferidos hijos de la madre Luna.
Para Jeon siempre fue complicado adoptarse a su vida. De pequeño fue el niño del que nadie quería ser amigo, d...
TaeHyung salió del restaurante de Jin con JungKook en brazos; trató de dejarlo en el asiento de copiloto de su coche aparcado parcialmente sobre la acera pero el menor se ancló más a su cuerpo negando con su cabeza aún enterrada en el cuello del Alfa.
-Vamos JungKook. -Susurró Kim dando caricias a la espalda del chico, este volvió a negar y Tae se vio en la "obligación" de conducir hasta su casa con el Beta sobre su regazo.
Al llegar a su hogar, su pequeño apartamento de tan solo una habitación, un baño y la cocina, todavía cargaba a JungKook en sus brazos. Con cuidado, tras cerrar la puerta, se dejó caer en su cama pues no tenía ni sofá. ¿Para qué si no tenía salón?
En el silencio de apartamento tan solo se escuchaban los pequeños sollozos del menor que aún no se habían detenido; eran más bajos pero seguían angustiando al Alfa que no sabía bien que hacer. Con delicadeza los acomodó apoyando el castaño su espalda contra la pared bajó su ventana y comenzó a dar caricias al cabello azabache enmarañado.
-TaeHyung. -Susurró al cabo de unos minutos en los que su respiración se controló gracias a la aglomeración que había en ese pequeño apartamento del aroma a café.
-Dime. -Dijo en el mismo tono de voz, restregando su mejilla contra la cabeza del tatuado. JungKook lentamente se incorporó hasta estar frente a él, TaeHyung sonrió enternecido por el desastre que era esa carita triste y mocosa.
-Si me voy... -TaeHyung lo interrumpió con voz dulce.
-No te vas a ir, hoy te quedas aquí conmigo. -Demandó con caricias en los muslos, que sintió muy fornidos, del chico.
-¿No me vas a dejar? -Preguntó temeroso el azabache, con sus ojos temblando, el alcohol comenzando a hacerle querer dormir junto al gran maratón corrido de emociones vividas esa noche. -Lo siento por hacerte tener un Beta.
-No digas tonterías. -Susurró sorprendido el mayor. -Si la madre Luna me dio un Beta y un Omega es porque así debe ser. -JungKook lamió sus labios escuchando atento. -Puede que al principio estuviera asustado, de hecho sigo asustado, pero es que nunca imaginé que yo pudiera tener dos destinados. -Con lentitud bajo las mangas de su suéter hasta cubrir sus manos y hacer puños con ellas para limpiar así el resto de lágrimas del rostro sonrojado del menor. -Si lo piensas bien tiene sentido porque siempre he sido muy cariñoso y protector; tal vez tengo mucho amor para dar. -Miró esos grande ojos brillar con la ilusión de un niño. -Y tal vez tú naciste para recibir el doble de amor Kookie.
El tierno apodo, junto aquella bellas palabras, calentaron el corazón de JungKook quién volvió a buscar refugio y ese amor en el cuello y brazos del Alfa.
Y así, entre los brazos de su Alfa, quedó dormido tan relajado y cómodo como hacía semanas no podía. Cierta parte de él, de su lobo, se sentía completo y en casa.
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El sol del medio día entraba por la ventana de su casa chocando directamente contra su rostro. ¿Acaso se olvidó de bajar la persiana la noche pasada? TaeHyung creía que sí, que fue un descuido. Girando en su cama para evitar la luz solar sintió lo estrecho que se encontraba en su cama.
