Epílogo

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Una nueva carta había llegado a su puerta, como cada mes y el mismo día, el día 15. Así como fue día 15 cuando abandonó sus vidas, día 15 trataban de recuperarlo.

Seguía siendo doloroso, cinco años después de haberse marchado, cinco años después de haber tenido a sus cachorros, aún dolía cuando lo recordaba y era inevitable. Las lágrimas y dolor de esos días, como su cuerpo luchó contra la fuerza del lazo que le pedía volver a casa cuando sabía que no era bienvenido...era peor el recordar el dolor que el mismo dolor que sufrió o sufría en la actualidad.

Jimin tomó la carta con desgano de manos del cartero y le agradeció con una ligera reverencia, viendo el sobre color amarillo pollo y las infantiles pegatinas pegadas en él sabiendo que realmente no eran exactamente para él.

-¡Papi! -Su pequeña Chaeryeong, con sus dos coletas de cabello castaño moviéndose a cada lado mientras corría en su dirección le detuvo a mitad de la sala de baile.

-Chae, no corras. -Reclamó Jimin a su hija Beta pues esta había esperado su torpeza adorable.

-¡Papi, dame! -Demandó ignorando su regaño, extendiendo sus pequeñas manos hacia la carta. Jimin rodó los ojos y abrió el sobre para entregarle el mismo y el resto de pegatinas de animales que había en su interior. Casi siempre eran tigres, conejos, pollitos, ardillas y patitos. Así como eran los apodos de sus cachorros. -¡Tete!

La pequeña volvió a salir corriendo hacia su hermano menor y su primo de la misma edad, quienes eran ambos Omegas y más relajados mientras jugaban en una esquina de la sala de baile vacía.

-¡Pegatinas! -Gritó feliz Jungwon cuando se hermana llegó y le entregó algunas pegatinas.

-¡Aquí, aquí! -Pedía entre risas adorables JeongIn a sus primos señalando su frente. Las risas infantiles llenaron la sala cuando los niños comenzaron a jugar con las pegatinas, Jimin sintió a alguien colocarse a su lado.

-¿Otra carta? -Preguntó Felix viendo el papel perfectamente doblado en su mano.

-Sí. -Murmuró aún sonriendo hacia sus cachorros.

-Si vas a leerla deberías hacerlo antes de que lleguen los alumnos. -Sugirió su amigo dando cariños a su espalda, Jimin suspiró y asintió. -Yo cuido de los niños mientras, tú léela tranquilo.

Jimin le agradeció para sentarse en una de las sillas alejadas del salón y tomar una gran bocanada de aire antes de desdoblar el papel y comenzar a leer esa letra cursiva que tanto conocía.

"Hola hijo, ¿cómo has estado? Deseo de todo corazón que bien, que tus hijos se encuentren felices y haciendo todas las cosas que un niño debe hacer sin importarles el que vendrá todavía, que tu Alfa siga siendo ese buen profesor que tiene críticas tan positivas por todo el país, que tu Beta haya vuelto a hacer sonreír a gente con su talento para la pintura y que tú estés bailando tan libre como siempre fuiste en tu interior.

Sabes que lo lamento, haber sido la razón por la que tantos años fueras prisionero, alguien que no brillaba lo que se merecía porque yo le opacaba.

La semana pasada tuve que volver a ver a tu madre delante del juez y con nuestros abogados de por medio. Sabía que nuestra separación sería complicada, ya no solo por todas las propiedades a nuestros nombres o la empresa en sí, sino porque tu madre no me pondría las cosas fáciles.

Pero al fin ha pasado, tu madre se queda con la sucursal de Seúl y yo con la de Busan pues ella se niega a quedarse donde le pueden ver mal al ser una Alfa divorciada y a mí es lo que menos me importa. Me alegra quedarnos en nuestra casa pues me vienen recuerdos de cuando correteabas por estos pasillos y sonrío.

Trabajo de Beta ~ VKookMin ~ TaeHyung, JungKook y JiminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora