Jeon JungKook es uno de los pocos de su casta, sí, Jeon JungKook es un beta. Uno de los maravillosos y preferidos hijos de la madre Luna.
Para Jeon siempre fue complicado adoptarse a su vida. De pequeño fue el niño del que nadie quería ser amigo, d...
Días después; Jimin dio un nuevo sorbo a su café con ansias, no es que quisiera terminarlo pronto, era que amaba el café caliente y la sensación del vapor con el aroma de este entrando en su nariz mientras la humedecía ligeramente.
-Y Jin no deja de robarme besos en el almacén. -Suspiró YoonGi, su mejor amigo, sentado frente a él en el pequeño café. El mayor pretendía sonar molesto, pero para Jimin que lo conocía tan bien, sabía que en el fondo estaba encantado con ello. -Algún día nos pillarán sus empleados, mis compañeros, y me moriré de vergüenza. -Terminó su relato.
-Hyung, si yo sé que te encanta. -Se burló mostrando una sonrisa.
-Ya, pero él no tiene porqué saber que ya me tiene enamorado. -Jimin rió ante la declaración del mayor y negó con su cabeza. -¿Cómo vas tú con Kook y Tae? -Jimin dejó morir sus risa y bajó su vista a su taza de café.
-Con Kookie muy bien, es una cosita adorable aunque parezca todo rudo y dominante. -Habló soñador, con una boba sonrisa. -Con TaeHyung es algo más complicado.
-¿Pero te estás esforzando? -Jimin asintió. -¿Y él? -Jimin lo dudó pero asintió, sabía que el castaño también estaba tratando de dejar todo atrás y darle una oportunidad.
-Ellos hoy han quedado para pintar juntos. -Murmuró.
-¿Y por qué no estás con ellos? -Indagó dando un sorbo a su propio café.
-Porque he quedado contigo. -Dijo con obviedad.
-¿Y por qué no vas en terminar? -Preguntó. -Te puedo acercar en coche ahora si quieres, en medida debo ir a trabajar. -Jimin hizo una mueca pensativo.
-Yo no entiendo eso del arte como ellos dos lo hacen. -YoonGi levantó una de su cejas curioso. -Además ni si quiera sé dónde queda el apartamento de TaeHyung.
-Primero. -Habló severo el más mayor. -Eso de no entender el arte no importa, lo importante es que estés con ellos y muestres interés en sus aficiones. -Jimin lo miró lamiendo sus labios, su Hyung tenía razón. -Segundo. -Mostró un dos con sus dedos. -Eso se soluciona llamándolos o con un mensaje y preguntando la dirección.
Jimin miró su teléfono sobre la mesa a su lado de la taza de café, de nuevo el aroma tostado de este removiendo su ser con ansia y cierta felicidad.
-¿Podemos pasar primero por un supermercado? -Preguntó recibiendo una amplia sonrisa de encías rosadas de su Hyung junto un asentimiento.
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-¿De verdad va a venir? -Pregunto por millonésima vez el castaño mientras pasaba con delicadeza el pincel sobre el lienzo, su arte cobrando poco a poco sentido.
-Que sí. -Dijo exasperado Kook viendo al mayor frente a él tras el caballete. TaeHyung estaba sentado en un taburete y pintaba sobre el caballete que tenía desde hace años como el mayor de sus tesoros, JungKook estaba sentado en el suelo y dibujaba a lápiz en su croquera para un trabajo de clase.
