Cuarentena

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Kuroo y Akira regresaron a casa poco antes que el teñido, concretamente un día antes. Kenma regresó en la tarde del día siguiente y decidieron pasar lo que restaba de día en el sofá viendo una película los tres.

Una vez caída la noche, acostaron a Akira y regresaron al salón para ver un rato más la televisión acurrucados en el sofá. Kuroo le besó la coronilla y lo abrazó con fuerza. Kenma lo abrazó de vuelta y tras unos segundos de contacto, se separó, sus ojos buscaron el mando de la televisión para a continuación apagarla. Se levanto y Kuroo lo miró algo extrañado, ya que era aun pronto para dormir.

Kenma le tendió la mano, guiándolo hasta el dormitorio, Kuroo sin decir nada, dibujó una sonrisa pervertida en su rostro. Se pararon en medio de la habitación, el teñido acunó la cara del pelinegro para besarlo con timidez y a continuación dedicarle una mirada profunda.

-Te he echado mucho de menos. -La voz de Kuroo era suave, delicada, como si sus palabras arullaasen al omega que lo observaba fijamente.

-Y yo a ti.- Respondió tras un pequeño silencio, Kenma con voz profunda, esa que te sale cuando tienes un nudo en la garganta, con la que cada palabra parece que resuena por dentro en tu interior.

El alfa delizó su mano por la nuca del otro para regresar a sus labios, profundizó el beso, dejando que sus lenguas se encontraran después de tanto tiempo. Lo empujó con suavidad haciendo que se tumbase en la cama y serpenteó con su boca hacia el cuello del omega para besarlo y morderlo sin piedad.

Kenma soltaba ligeros suspiros mientras sus manos se escabullían con avidez por debajo de la camiseta de Kuroo buscando losmarcados abdominales. Sus partes de arriba no tardaron en ser lanzadas al suelo de la habitación, el alfa dibujó una senda de besos que llegaron hasta la entrepierna del omega.

Apartó la ropa que le impedía alcanzar su objetivo y a continuación arrastró su lengua con lentitud por el miembro del omega.

-Agh Kuroo- Gimió en bajo con aquel contacto inesperado y a continuación se llevó las manos rápidamente a la boca intentando contener el pequeño grito que los esbeltos dedos del alfa le había provocado al introducirse en su interior.

Kuroo se sorprendió y le dedicó una mirada perversa antes de seguir con su tarea.

Después de diversos movimientos Kenma estaba impaciente por continuar con la acción así que indicó a Kuroo que regresase a él, sus manos acariciaron el suave cabello negro de su marido antes de pasarlas su entrepierna.

Se podía apreciar desde fuera del pantalón que Kuroo estaba más que listo para el siguiente paso, su miembro se marcaba perfectamente demandando atención y Kenma se deleitó acariciándolo tras la capa de ropa que los separaba. Alzó la vista hacia Kuroo, serio, con las mejillas coloreadas de rojo y los labios ligeramente hinchados, como si estuviese pidiendo permiso para lo que iba a hacer. Liberó el miembro y después de un breve masaje lo dirigió hacia su entrada. Kuroo rodeó su propio miembro con la mano, apoyado con la otra en la cama, y lo introdujo con la precisa lentitud para atormentar al omega.

Las estocadas eran profundas y lentas, tal y como a Kenma le gustaban, su miembro palpitaba y esparcía liquido preseminal por su abdomen, Kuroo enterró su cara en el cuello del omega, comenzando a morderlo a medida de que aumentaba la fuerza y profundidad de sus vaivenes.

Kenma intentaba contener los gemidos, aunque en algunos momentos se le escapaba alguno en voz baja, por otro lado Kuroo se encontraba en igual situación, sus gruñidos se ahogaban en su garganta antes de llegar a pronunciarse. No era la primera vez que lo hacían desde que su hija había nacido, ni sería la ultima, tener que controlarse era de las pocas cosas que no les gustaba de tener una pequeña en casa pero obviamente todo lo demás lo compensaba.

Todo Capitán Necesita Su Armador [omegaverse]Место, где живут истории. Откройте их для себя