El comienzo

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A Kenma le gustaba el olor de Kuroo, era fresco, a menta y hierbas, aunque para el olía a familia.

Había pasado con el pelinegro todos los años de su vida que podía recordar, se conocieron cuando tenia apenas 5 años, por casualidad un día se encontró a Kuroo con su madre regresando a casa y sus madres comenzaron a hablar. Kenma se había quedado tras la pierna de su madre, y Kuroo lo miraban divertido, el omega no era una persona demasiado sociable, pero poco a poco fueron conociéndose mejor hasta ser amigos de toda la vida.

Hicieron muchas acampadas en el jardín de detrás de su casa y también vieron muchas pelis tanto en una casa como en la otra. Sus padres se llevaban bien, y los de Kenma se alegraban mucho de que su hijo por fin tuviera un amigo, y sobretodo que este fuera un alfa.

Por lo tanto, Kenma ya estaba acostumbrado a él, su presencia no le incomodaba, como sucedía con los demás, y lo cierto es que hasta le gustaba.

Por otro lado Kuroo era todo lo contrario, le encantaba hablar con todo el mundo y hacer amigos pero volviendo al olor: como alfa puro bien enseñado, Kuroo tenía bajo control sus instintos y su olor no era fuerte, ni se comportaba como un alfa, es mas Kenma nunca lo había visto a la defensiva.

Kenma no era un omega puro, ni había tenido quien le enseñara de verdad como ser un omega ya que ninguno de sus padres lo eran, pero gracias o por desgracia, su padre y su madre le habían enseñado a controlarse, hasta el punto de parecer un beta sin olor alguno.

Estaban jugando un partido de práctica contra el Fukurodani, uno de los mejores de Tokyo y además se llevaban muy bien entre ellos.

Se habían conocido en primero, Kuroo y Bokuto desde el primer partido se habían hecho grandes amigos, un par de idiotas así tenia que juntarse entre ellos.

Bokuto hablaba con Kuroo a menudo, sobretodo a cerca de sus sentimientos hacia el armador. Que le gustaba estaba más que claro, incluso antes de que el albino dijera algo, su amigo ya lo sabia, intento darle consejos, trucos y sobretodo ánimos, pero aún así él tampoco era el mejor para decir aquello ya que un no había conseguido que quien le gustaba se fijase en el.

-Akaaaaashi! Gritaba el albino desesperado, era la tercera vez que se lo pedía.

Estaban en el descanso del partido, aún en la pista retomando el aliento y bebiendo.

-No Bokuto-san.

Bokuto le dedico una cara triste, y a Akaashi le estaba costando cada vez mas hacerse el duro con él, en el fondo lo adoraba, y el olor que este desprendía le causaba una ola de sensaciones en su interior, si se lo preguntase una vez probablemente cedería.

El pelinegro suspiró, en el fondo el también lo estaba deseando.

-La semana que viene.

-La semana que viene?! Exclamó alegrado el mayor.

-Sí, cuando termine los exámenes. Dijo con su típico monotono.

El rematador sonrió de oreja a oreja, sentía que la felicidad le inundaba por completo, por primera vez, desde que se conocían, iban a quedar ellos dos solos, no para estudiar ni para practicar como habían hecho anteriormente, sino para pasar el rato, probablemente ver una película.

Miró a Kuroo, para ver si su amigo había visto su logro y efectivamente estaba mirándolo y sonriendo.

Kuroo miraba atentamente los intentos de que el pelinegro cediera a su amigo, en ese instante, al ver a esos dos, se giró para ver a Kenma detenidamente. El ya quedaba con Kenma fuera del instituto y del club pero realmente se preguntaba como seria salir con el.

Todo Capitán Necesita Su Armador [omegaverse]Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt