Especial II

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-¿Kenma qué..?

Kuroo se acercó a la cama y levantó la sábana para ver a su marido allí encogido. Parecía un gato asustado resguardandose de la lluvia en una caja de cartón.

Kuroo se sentó en el borde y lo acarició, estaba tan asustado que no sabía que sucedía a su alrededor.

Levantó la cabeza para mirarlo, y rápidamente su expresión cambió, rompió a llorar aún más fuerte tomándolo por el cuello.

Kuroo lo abrazó con fuerza y liberar sus feromonas por todo el lugar.

-¿Que ha pasado? Preguntó mientras le acariciaba el pelo e intentaba calmarlo.

-¿Estás bien? ¿Akira...? Inmediatamente lo separó de él para mirarle el vientre.

Kenma paso su mano por sus ojos limpiándose las lágrimas y asintió mientras aspiraba para evitar que los mocos cayeran.

-Está bien, no le ha pasado nada.- Respondió mirando hacia su vientre.

Kuroo tomó la barbilla del omega para alzar su vista y mirarlo a los ojos.

Le limpio los restos de agua de sus mejillas y lo miró con profundidad.

-Ken tienes ojeras, hoy no has dormido, y apuesto a que ayer tampoco. ¿Qué pasó?

-Nada, solo tuve una pesadilla. Respondió volviendo a abrazarlo.

-Venga, vamos a dormir.- Dijo tumbándose y arrastrando a Kenma consigo.

Se tumbaron abrazados, Kuroo cobijando a Kenma entre sus brazos, que escondía la cara en el pecho del alfa y entrelazaba las piernas de ambos.

-Por qué no me llamaste?

-Son las 6, no quería despertarte.

-¿Que tal fue?

Kuroo lo pego más hacia sí hasta cobijarlo por completo.

-Mañana hablamos de todo, ahora duerme, ¿sí?

Kenma asintió levemente y se quedó dormido casi al segundo, mientras Kuroo aguantaba para no quedarse dormido antes que el omega. Cuando sintió su respiración más profunda, le acarició la cabeza con cuidado y se durmió también.

A la mañana siguiente la luz se colaba por su ventana, Kuroo abrió los ojos y vislumbró a Kenma, aun pegando a él, durmiendo plácidamente.

Se separó un poco para verle la cara, se veía sumamente calmado y tranquilo aunque algo en su interior le decía que no estaba del todo bien.

Acarició con suavidad la mejilla del omega, le encantaba su piel blanca y tersa.

Durante varios minutos se mantuvo así, observándolo, habían vivido tantas cosas, buenas y malas, habían sufrido tanto, y ahora tocaba descansar.

Instintivamente comenzó a dejarle pequeños besos por toda la cara, aunque Kenma se revolvió y terminó con la cara entre el pecho de Kuroo.

El pelinegro sonrió para sí y lo rodeo con sus brazos. Sintió las manos del omega agarrarse a su camiseta y oyó un murmullo que juraría que era un te necesito.

Durmió un poco más, hasta que su estómago rugió por hambre, no quería separarse del omega, pero se levantó. Se quitó la camiseta y la dejó a su lado, para que por lo menos no sintiera tanto su ausencia.

Un chocolate caliente le pareció la mejor idea para desayunar,aunque fueran las dos de la tarde, el lo consideraba desayuno, hizo un poco de más por si Kenma quería, apuró por tomarlo y regresó de nuevo al nido.

Todo Capitán Necesita Su Armador [omegaverse]Where stories live. Discover now