Mudanza

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-¿Definitivamente esta?

Kenma asintió decidido.

-Bien, llamaré a los vendedores y ... he estado pensando- hizo una breve pausa- que deberíamos mudarnos cuanto antes, para acostumbrarnos y además hay que empaquetarlo todo y cuando tengas más semanas no podrás ayudar.

-Kuroo estoy embarazado, no inválido. Pero estoy de acuerdo contigo, quiero acostumbrarme cuanto antes allí, aunque despedirse de este sitio va a ser duro, vivimos tantas cosas...

-Lo sé... Respondió Kuroo algo apenado.- Aún podemos pensarnos lo de venderla.

Kenma asintió levemente y dejó caer su cabeza sore el hombro de Kuroo, estaban ambos acurrucados en el sofá, Kuroo con los pies sobre la mesa de café y Kenma apoyado sobre él mientras hacían zapping.

-También he pensado en coger mas guardias estos meses, para luego tener más dias libres cuando nazca e incluso pensé en pedir todo el último mes de embarazo. Un mes antes y tres meses después.

-Vale, respondió simplemente Kenma.- Yo... no se que pasará con el volley, no quiero dejarlo pero tampoco quiero dejar a nuestro cachorro y tampoco sé cuanto tiempo tengo de baja.

-Normalmente suele ser bastante, pero lo mejor es que lo hables con el entrenador. No tienes por qué dejarlo, nos las arreglaremos, puedo trabajar por la mañana y tu entrenar por la tarde o podemos buscar un guardería mientras no empiece el colegio.

Kenma suspiró estresado.

-Eh, no te preocupes, saldrá todo bien.-Dijo kuroo besandole la cabeza para tranquilizarlo.

Esa misma mañana Kuroo llamó a los propietarios del piso en venta y quedaron varios días despues para firmar el contrato.

Decidieron que se mudarían un fin de semana, empaquetarían todo el viernes por la tarde, y el sábado harían la mudanza, llevarían todo hasta el piso y asi podrían descansar el domingo.

Kenma no fue a entrenar el viernes para empezar  con la mudanza, se despertó a la misma hora que Kuroo y bajó a la cocina. Preparó su leche y se sentó encima de mesa a beberla mientras Kuroo estaba a su lado tomando su café.

-Empaca primero la cocina que es lo más facil, yo me encargo de la comida y para cenar ordenamos pizza, ¿te parece?

Kenma asintió.

Kuroo terminó el café, le dio un pequeño beso en los labios y salio de casa para ir a trabajar. Kenma se tomo unos minutos más para desayunar con calma y luego se puso a ello.

Puso música y comenzó su labor de la manera mas alegre posible, con una camiseta de Kuroo como pijama, la ropa interior y moviéndose al son de la música.

Fue caja por caja, llenandolas con cosas útiles que se llevarían, poniendo frágil en aquellas que llevasen cosas de cristal o platos. Una vez cerradas todas las cajas y la cocina vacía, vio que aun le quedaba tiempo hasta la hora de comer así que empezó con el salón.

Fotos, libros, premios, figuritas decorativas, cuadros... guardó todo eso en las cajas dejando fuera únicamente los aparatos electrónicos que eran demasiado voluminosos como para guaradrlos el solo.

Se tumbó en el sofá, eran las tres, Kuroo tenia que estar a llegar.

De un momento a otro el pelinegro llegó, llevando una bolsa de papel en una de sus manos.

-Perdón, habia cola en el establecimiento.

Puso la bolsa en la mesa y saludó con un beso igual que el de despedida. Miró a su alrededor.

Todo Capitán Necesita Su Armador [omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora