Todo Capitán Necesita Su Armador [omegaverse]

Niñas II

-Voy a recoger a Tori. -Pronunció el alfa mientras pasaba junto al sofá, en el que se encontraba Akaashi sentado. Con el portátil en el regazo, un bolígrafo entre los dientes y el ceño fruncido. Hacia apenas una hora que habían terminado de comer. El pelinegro estaba revisando un informe que no había podido terminar esa mañana.

-Keiji. Lo llamo con suavidad su marido, rodeándolo desde detrás, de pie tras el sofá.

El omega se giró hacia él saliendo de su burbuja de concentración máxima.

-Perdona. - Acompañó la disculpa con una sonrisa. -Que dijiste?

Bokuto lo miró con ternura. -Que voy a buscar a Tori, ya casi son las cinco.

Akaashi se giró para ver a hora. Quedaban quince minutos, se le había pasado el tiempo volando. Bokuto y el salían a horas cercanas del trabajo, se esperaban el uno al otro para comer juntos y después iban a buscar a Historia que igual que sus amigos comía en la escuela.

-Te queda mucho? - Preguntó el albino con suavidad, mirando el portátil del omega.

-Para cuando volváis ya habré terminado.- Respondió sonriendo. Le encantaba pasar la tarde con ambos, a veces tenía trabajo acumulado y se la pasaba trabajando y podía notar como Bokuto, a pesar de estar animado con Historia, estaba algo decaído por dentro.

Bokuto le dio un breve beso y salió de allí para ir a por la pequeña.

Al llegar se encontró con Kenma y con Tsukkishima. Sí, se habían puesto de acuerdo en elegir la escuela infantil para que sus niñas jugasen juntas, de hecho, ya se llevaban de maravilla antes de iniciar la escuela y separarlas las hubiese entristecido. Tsukkishima fue más difícil de convencer, pero con ayuda de Yamaguchi y que era la que más cerca le quedaba de casa terminó cediendo.

Hablaron poco, como de costumbre, tanto el teñido como el rubio no eran muy habladores y bueno, hacia menos de dos horas que había estado junto a Kenma entrenando.

Sonó el timbre y segundos después la maestra abrió la puerta, salieron varios niños corriendo, entre los que se encontraban sus pequeñas. Tori salió con cara de pocos amigos y se dirigió a Bokuto que la recibió con un abrazo y un beso en el pelo plateado. Akira salió con una sonrisa brillante que combinaba con sus ojos grandes y dorados. Kenma la abrazó como de costumbre también. Kou avanzó hasta su padre y le chocó las cinco. Todos habían crecido mucho, Historia y Kou eran ligeramente más altos que Akira, y sus cabezas de colores claros, contrastaban con la negrura del cabello de ella.

-Podemos ir al parque a jugar con Kou? -Sonó la melodiosa y animada voz de Akira que acompañó su petición con ojos de gatito que tan bien había copiado del omega.

Kenma le dedicó una sonrisa y miró hacia Tsukkishima a quién su hijo le había hecho la misma pregunta. El pequeño asintió insistiendo. - Porfaaa- Suplicó.

-Está bien. - Aceptó el rubio y ambos se abrazaron y se pusieron a saltar de alegría.
Kenma se giró hacia Bokuto esperando que Historia se uniese al plan.

-Vamos al parque con ellos?- Preguntó Bokuto con una sonrisa.

-No. - Respondió cortante mirando hacia otro lado y poniendo morritos. Historia estaba enfadada, como muchas otras veces, y Bokuto no sabía por qué.

Kenma la miró con atención y tras despedirse de la familia de búhos se fueron.

-Ya estamos de vuelta. - Saludó Bokuto mientras entraba en casa. El trayecto en coche había sido silencioso. La mayoría de las veces Historia llenaba el coche de ruido, al igual que su padre, contándole emocionada todo lo que habían hecho aquel día, o a veces cantando canciones de la radio. Pero esta vez nadie dijo nada. Bokuto la liberó de la sillita para niños y la cargó en brazos. Ella no opuso resistencia, se dejó cargar y una vez en casa la dejó en el suelo.

Historia avanzó hasta el sofá donde se encontraba su madre. Se subió a él y le dio un beso en la mejilla como de costumbre. Luego sin decir nada más se dirigió a su habitación.