Mundial

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Llegó la primera competencia importante, el mundial del volley, el equipo se habia estado preparando por un año entero, de hecho Bokuto no sabía hablar de otra cosa cada vez que se acercaba la fecha. En realidad, Kenma se había unido hace apenas medio año al equipo, sin embargo prontó encajó con los demás y el entrenador no dudó en hacerlo titular para tal competición. Lo cierto es que tuvo mucha suerte, todos sus compañeros eran alfas pero no eran de esos típicos machos que necesitaban mostrarse superiores ni mucho menos, eran gente corriente que disfrutaba con el volley, muchos de ellos estudiaban lo mismo que Bokuto.

Quedaba poco para el verano y todos empezarían pronto con los exámenes, al albino se los aprobaron, el simple hecho de ser titular en el equipo japonés de volley ya era mas que suficiente, Akaashi se estaba preparando al igual que Kuroo, y por desgracia Kenma tuvo que adelantarlos y estudiarlo todo en menos tiempo, aunque no fue muy complicado, le gustaba mucho lo que estudiaba y era sencillo para el.

Era tarde, tanto Kenma como Bokuto ya habían terminado de preparar sus maletas, mañana viajarian a primera hora hasta Los Ángeles, donde se disputaba el mundial. Kenma se tumbó el cama de Kuroo, el cual ya estaba allí, en verdad casi siempre estaban los cuatro en el piso de los alfas, definitivamente el año que viene tendrían que conseguir uno para los cuatro.

En cuanto se tumbó, giró la cabeza para observar al pelinegro que estaba ensimismado mirando al techo. Kuroo giró también la suya al darse cuenta de que estaba siendo observado y le sonrió. Kenma se acercó y lo abrazó, aspiró su aroma y cerró los ojos para disfrutar del momento.

Esta sería la última vez que dormirían juntos en mucho tiempo, le esperaban días llenos de entrenamientos agotadores y de estar rodeado de gente extraña, iba a echar en falta a Kuroo y sus tonterias que siempre le sacaban una leve sonrisa.

Un mes y medio, era mucho tiempo, sin duda nunca pensó que sería de ese tipo de parejas que sufren cuabdo estan lejos el uno del otro, pero ahí estaba el destino para demostrar lo contrario, que se habia pasado algo menos de tres años junto a Kuroo, casi todos los días viendole, aunque fuera poco tiempo.

Kuroo lo acarició disfrutando tambien del dulce aroma del puddin, el también pensaba en cómo lo iba a echar de menos, pero sin duda se sentía orgulloso de lo lejos que habia llegado.

Pronto se quedaron ambos dormidos abrazados.

Al dia siguiente llegó la despedida.

-Akaaaashee. Te voy a echar mucho de menos, te llamaré todos los días.- Gritaba Bokuto armando un drama.

-Se pasará rápido, traigan la victoria.- Hizo una pausa mientras Bokuto lo abrazaba desconsolado.- Yo también te echaré de menos.- Le dijo al oído.

Kuroo abrazó a Kenma de forma tierna, ver a su amigo de esa manera con su pareja le hizo desear que el menor fuera más expresivo pero en el fondo le gustaba tal y como era.

El teñido se iba al extranjero para estar rodeado de alfas y aficionados del volley, era el único omega de su equipo y era muy raro ver a uno jugando al volley profesional. Kuroo tenie miedo que sucediera algo, aunque afortunadamente había pasado el celo hace dos semanas por lo que no le vendría estando fuera de casa. El pelinegro hablo largo y tendido con Bokuto para que lo protegiera, y si hacia falta que se hiciera pasar por su pareja

Kenma se dejó abrazar e inhaló el aroma que desprendía de forma inconsciente Kuroo.

-¿Llevas supresores?

Kenma asintió sin separarse.

-¿Y la PSP?

Kenma miró hacia arriba extrañado, normalmente, cuando iban a campamentos de volley a Kuroo le regañaba por que se pasaba todo el rato jugando con ella en vez de estar con los demás, pero ahora parecía no importarle.

Todo Capitán Necesita Su Armador [omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora