Apple pie III

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Kuroo abrió los ojos con lentitud dejando que a poca luz que se colaba por las rendijas de la persiana le despertase. Vislumbró a su marido, aun plácidamente dormido a su lado y no puso evitar sonreir al ver aquel rostro angelical que tenia. Se giró despacio para ver a la pequeña por el monitor, la cual tambien dormía, perfecto, pensó para sí.

LA cuna de Akira se encontraba en su habitación, a un lado de la cama, pero tenían una cámara en ella para poder verla sin necesidad de levantarse.

Tranquilamente acerco su mano a la suave piel del omega para acariciarle la mejilla y deleitarse un dia mas con el amor de su vida. Habían vivido tantas cosas juntos que se sentía como un sueño que ahora estuviesen casados y tuviesen una hija preciosa.

La simple imagen del omega lo calmaba por dentro, al igual que haría el sonido de un pequeño río en la montaña y el cantar de los pájaros, en ese momento, no había nada mas que el, ningún ruido ni perturbación que lo sacasen de su trance contemplando al teñido.Su suave piel, sus ojos dorados, su pequeñas nariz y sus delicados labios, junto con el pelo negro que casi le llegaba a los hombros, su voz serena y calmada, para Kuroo no había nada que no le enamorase de kenma, estaba hecho a su medida, estaban hecho el uno para el otro desde el dia que se conocieron.

Cuanto duró aquel momento es un misterio pero termino cuando sintió a Akira quejarse levemente. Gracias al cielo no era demasiado ruidosa, cuando comenzaba a llorar bien por hambre, atención o cambio de pañales, lloraba primero en bajo, subiendo de volumen y rara vez se enfadaba, sobretodo cuando la separaban de sus padres por mucho tiempo o algún olor no le gustaba.

Al oir aquel llanto se levanto para cogerla en brazos y fue hasta la cocina para prepararle el primer biberón del día. Akira lloro con mas intensidad demandando la comida.

-Ya va ya va, no seas impaciente.

Una vez listo, le dio el biberón el cual la pequeña bebió con avidez y segundos después se volvió a quedar dormida.

El pelinegro regresó en silencio a la habitación sin embargo al entrar se encontró con los ojos felinos del omega mirándolo , aun tumbado en la cama. Kuroo sonrió para sí y se tumbo a su lado poniendo a su hija en el medio.

Kenma acaricio la rechoncha barriga de Akira.

-Desayunasteis?

Kuroo asintió y de seguido respondió un suave.- Yo aun no.

El teñido cerró los ojos y sonrió levemente, estar así le hacia muy feliz, los tres en la cama, sin preocupaciones. Los primeros meses habían sido algo caóticos, muchas noches sin dormir cambiando pañales y despertándola cada ciertas horas para darle el biberón. Conforme fueron pasando, cogieron practica y la pequeña comenzó a dormir mas seguido. Como ambos estaban de vacaciones, en cuando Akira comenzo a gatear jugaron con ella, enseñándole nuevas formas y colores cada día. Estaban tan ensimismados con ver crecer a su bebe que habían olvidado que habia vida mas allá de eso y pronto se terminaron las vacaciones y tuvieron que volver al trabajo. Kuroo empezó la semana pasada, y Kenma igual, sobretodo en la empresa de videojuegos, necesitaban que revisase algunas cosas y Kenma no podía negarse ya que en el fondo le encantaba. Respecto al volley aun no volvió a entrenar, su entrenador le dio una dieta, que el teñido seguía de forma no muy estricta y unas rutinas de ejercicios para hacer en casa e ir recuperando el cuerpo. 

Kenma se quedó dormido nuevamente y tras un rato observándolo con detenimiento y acariciando la pequeña y redonda barriga de su hija decidió levantarse. Ella también estaba despierta asi que se la llevo en brazos hasta la cocina. Las horas pasaron y Kuroo aprovechó la mañana del sábado para hacer las tareas del hogar, poner la lavadora, limpiar el salón y obviamente pasar tiempo con su hija .

Todo Capitán Necesita Su Armador [omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora