ᴄαρíтυℓσ 01

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Una mañana de invierno, como otras en Hiroshima

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Una mañana de invierno, como otras en Hiroshima. Una chica entre muchas más. Todos pendientes a sus asuntos, pendientes a su trabajo. Kagome Higurashi no corría la misma suerte.

En ese momento de desesperación no le quedaba otra opción que maldecir a su padre por haberla dejado a ella, su madre y hermano en tal  irreparable situación. Intentó despejar esas ideas de su cabeza y concentrarse en encontrar un trabajo, de nada servía remover los hechos del pasado.
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—Buenos días, Taisho-sama —saludó la mujer que pedía permiso para entrar a la oficina de su jefe.

—Pase, Higurashi-sama —el joven estaba frustrado, llevaba un rato en un sitio de niñeras intentando contratar a una.

—Necesito que firme estos papeles, ¿puede ser?

—Claro, no se preocupe.

—Bueno, entonces me retiro.

—¡Espere!, Higurashi-sama, necesito un favor suyo.

—Soy toda oídos.

—Por alguna casualidad... usted conoce alguien que pueda cuidar de la pequeña Moroha esta noche?

—Déjeme pensar...claro!, mi hija, ella necesita un trabajo,ahora le confirmo, cuánto usted ofrece?

—Mil yens por la hora.

—Está bien, espere un momento.

La mujer salió de la oficina y procedió a llamar a su hija lo más rápido posible. Estaba segura que era una buena opción de la cual no se iba a arrepentir.

—¿Hola? —respondió  la chica al otro lado de la línea.

—Hija, no vas a creerlo, ¡creo que encontre un buen trabajo para ti!

—¿Qué? —cuestionó incrédula ante lo que decía su madre —, ¿y donde es, de que trata?.

—Pues verás...mi jefe, Inuyasha-sama, necesita una niñera que cuide a su hija esta noche, la pequeña es un amor, ¡no puedes desperdiciar esta oportunidad que te está dando la vida!

—Mamá, ¡me dejas sin tímpanos!, sabes bien lo que busco, soy chef, no una niñera.

—Lo sé cariño, pero..., míralo de esta forma, si haces bien tu trabajo, de seguro Inuyasha-sama, al saber tu situación, te recomiende con algún amigo, y puedas conseguir el trabajo que realmente deseas  —la verdad viéndolo desde ese punto, ser niñera por una noche no sonaba tan mal como siempre lo había visto.

—Está bien, acepto —dijo la chica.

—Sabía que no desperdiciarías esta oportunidad, Inuyasha-sama te mandará a buscar en la noche, besos nena.

—Adiós madre.

Y así fue como Kagome Higurashi acepto ser niñera 'por una noche'...

Se dirigió a su casa y aprovechó el tiempo descargando guías de como cuidar a un niño, quería dar una buena impresión, puso manos a la obra y preparó un obsequio para aquella pequeña niña. Y que mejor que golosinas para conquistar el corazón de un niño?

Con ingredientes que tenía  en casa preparó una decena de cupcakes,poniendo todo su empeño; sin darse cuenta la noche llegó y cada vez se ponía más nerviosa, por lo general no se le daban bien los niños, hoy se esforzaría y daría lo mejor de sí, tal vez así conseguiría el trabajo de sus sueños.

Se oyó el ruido, del claxon de un auto fuera de casa. Kagome dió un respingo y a la velocidad de la luz se arregló y dirigió al auto que le llevaría a la casa de, Inuyasha-sama?
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El camino era largo, tal vez llevaban unos treinta minutos en  el transcurso, de un momento a otro el conductor paro.

—Señorita, ya llegamos.

—Esta bien, tenga —dijo alargando el brazo para darle la propina.

—No se preocupe por mi señorita, el señor Inuyasha ya pagó su viaje, no tiene que pagarme.

—¿Qué?—estaba confundida —Bueno...está bien, hasta pronto.
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Aunque llevaba un rato frente a aquella casa, ahora no estaba clara de si hacer esto o no. Tomó fuerza y tocó tres veces.

Quien le abrió la puerta fue un jóven de alta estatura, figura atlética, mirada profunda y cabello oscuro.

Tenía la ligera sensación de que le había visto antes...

Parecía muy joven para ser el padre de una niña pequeña.

—Buenas —saludó nerviosa —se encuentra Inuyasha-sama?

—El mismo —no pudo evitar sonrojarse, le había confundido, a juzgar por las apariencias, pensaba que era un hermano mayor o algo así.

—Disculpe Inuyasha-sama, le confundí, usted es... muy joven.

—No te preocupes, suele pasar mucho, ¿tú eres la hija de la Higurashi-sama no?

—Si, mi nombre es Kagome Higurashi, un gusto — hizo una pequeña reverencia.

—El placer es mío, pasa. — invitó terminando de cerrar la puerta a sus espaldas —Dentro de unos minutos verás a Moroha,  ella está en su habitación.

Hizo una pequeña pausa fiijandose en la pequeña caja de la menor traía entre sus brazos.

—¿Qué es lo que traes en esa caja? —dijo señalando la caja donde había envuelto los cupcakes.

—Ah esto —miro al pelinegro con nerviosismo —, pues verá, pensé que sería bueno traer algunos dulces para la pequeña —regaló una sonrisa al mayor.

—¿Los hiciste tú?

—Pues si, son mis favoritos así que pensé que le gustarian, ¿me equivoqué? ¿quiere probar un poco?

—No es necesario...

—Vamos, no me haga ese desaire...—suplicó mirando al joven directamente. Sus miradas chocaron, y en un descuido el joven pensó que aquella jovencita había robado la mirada de su hija, o tal vez, viceversa — Pruebe un poco. —sonrió mostrando sus dientes, derritiendo en un dos por tres el corazón del chico de ojos avellana. ¿Quien era esa mujer? ¿Por qué le recordaba tanto a su pasado? Pareciera que  se empeñaba a mostrarle un episodio perdido en sus vivencias. Entornó los párpados, reaccionando.

—C-claro. —ella abrió la caja acercándosela para que escogiera uno de los cupcakes. Este lo comió, sintiendo el dulce sabor acariciar su cavidad bucal.

—¿Le gustó? — su contrario asintió.

Aquel chico quedó impresionado con la personalidad de esa joven. Creía ya haber conocido alguien así, ¿pero a quien?

Continuará...

Continuará

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𝐋𝐨𝐨𝐤𝐢𝐧𝐠 𝐟𝐨𝐫 𝐌𝐨𝐦Where stories live. Discover now