𝐋𝐨𝐨𝐤𝐢𝐧𝐠 𝐟𝐨𝐫 𝐌𝐨𝐦

ᴄαρíтυℓσ 12

Semanas después...

Ya habían pasado algunas semanas desde aquel día en que Inuyasha Taisho y Kagome Higurashi encontraron un momento de paz, en este corto lapso de tiempo el ambiente entre ellos dos ya no es igual. Se han enfocado en conocerse mejor y dejar atrás sus diferencias. La pequeña Moroha no podía estar más feliz, sin embargo, "nada es para siempre"

(...)

Dí un mordisco a la barquilla del helado que hace tan solo unos minutos he empezado a consumir, la pequeña Taisho y yo nos encontramos sentadas en unos columpios pertenecientes a un pequeño parque de diversiones, nada complicado, se compone solo de unos tantos juegos como este u otros que con el tiempo se han deteriorado. Es extraño que en la capital existiera un parque de diversiones en este estado, aún así originalmente yo prefería visitar otro, sin embargo, Moroha insistió en que nos quedásemos en este, sin que me importara mucho accedí.

Miro a Moroha quien explora el lugar con la mirada, sonrío al ver su tierna expresión y una pregunta rápidamente posee mi cabeza.

—Moroha.... —dudé por un momento — Antes de que que me contrataran, ¿solías salir a menudo con tu papá? ¿de esta manera?

—A veces —comentó con cierta nostalgia — Papá siempre está muy ocupado así que he tenido que conformarme con una que otra salida a algún lugar. —desvió su vista — Siempre hemos viajado, tanto que podría jurar  haber visitado todas las regiones que conforman nuestro país, pero siempre viajábamos por asuntos de trabajo y muy pocas veces tenía tiempo para pasear, esos viajes solían ser muy cortos, máximo dos días y una noche. Pero a pesar de todo ...papá ha cuidado bien de mi. Se ha esforzado en ser un buen padre.

Ya sabía la otra parte de la historia y reconocía que Inuyasha era un buen padre, era un hecho innegable.

—Hablando de eso...¿te gustaría verle?

Apenas eran las cinco de la tarde dentro de poco sería el horario de salida de Inuyasha, de pronto la idea de pasar por él apareció repentinamente en mi cabeza.

—¿Ahora? —interrogó la menor.

—Si, pronto será su horario de salida, podríamos visitarlo a su oficina, debe estar muy aburrido —dije haciendo una graciosa facción a lo que ella rió —¿Qué te parece?

—Me encantaría!!! —respondió.

Nos levantamos de nuestro lugar y rápidamente conseguí un taxi que nos llevara a la empresa, recordaba perfectamente el camino, pues el día de la cena mientras nos dirigiamos a la institución, no tenía más que mirar las amontonadas de la capital. Pasaron unos treinta minutos hasta que finalmente llegamos a nuestro destino, pagué el dinero correspondiente al chófer para luego adentrarme junto a la más pequeña al gran edificio. Tardamos un poco en llegar ya que no sabíamos la ubicación de la oficina de Inuyasha. Nos acercamos a una joven en busca de alguna ayuda.