ᴄαρíтυℓσ 11

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—¿Eh? —espabiló en cuanto su amiga puso una de sus manos en su hombro —, ah si, estoy bien

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—¿Eh? —espabiló en cuanto su amiga puso una de sus manos en su hombro —, ah si, estoy bien...no te preocupes, solamente las observaba —aclaró a duras penas evitando el nerviosismo.

—¿Segura? —indagó incrédula recibiendo un "si" como respuesta.

La verdad era que la castaña se preguntaba el porque de tal actitud, conociendo a Kagome sabía que esta no diría nada por el momento, ya tendría que esperar un poco más para saber que era eso que la atormentaba. Si bien recordaba no era la primera vez que actuaba así, sin embargo no se esforzaba en indagar tanto en el tema. Sabía que había algo que la afectaba, pero tenía que darle tiempo para que pudiera pensar más detalladamente las cosas. Soltando un suspiro ahogado la azabache habló.

—Moroha ya sal de ahí ¿si?, Sango, ¿que tal si me cuentas más sobre aquel chico que te invitó a salir? —le incitó rápidamente a cambiar de tema y  Sango con un inusual brillo en sus ojos se preparó para hablar.

—Es muy lindo.... —declaró con euforia — sus ojos son de un color azul oscuro, penetrantes...su cuerpo es... —la azabache hizo un gesto con sus manos dándole a saber que ya no necesitaba oír más, una pequeña se encontraba cerca de ellas y pues, no quería terminar causándole un trauma no deseado a la menor —esta bien, pero ese solo era el comienzo de la descripción —se encogió de hombros.

De momento la oji-canela tomó el vestido en sus manos y se metió al vestidor, almenos en unos cinco minutos ya estaba fuera. Realmente se veía bien con ese vestido, este remarcaba sus curvas perfectas, lo que le hacía ver más sexy.

—¿Crees que le gustará? —Kagome la miró de arriba a abajo analizando la esbelta figura de su amiga, vaya que tenía buen cuerpo.

—No, no le va a gustar. —una mueca de decepción se mostró en los labios de su amiga a lo que ella sonrió —¡Va a babear por ti! – su amiga la abrazó y besó su mejilla.

—Gracias pero... ¿no crees que debería ajustar esto aquí? —señaló una parte del vestido que quedaba más holgada que las demás.

—Está bien, lo compras y haces todos los ajustes que quieras en casa —la chica asintió.

—¿Por que no te compras algunas prendas tú? No te has probado ninguna todavía — Kagome asintió y la más pequeña se les acercó con una sonrisa pícara en el rostro.

—Bueno esto será lo que compraré – señaló una bolsa llena de abrigos y vestidos a lo que las mayores vieron el objeto con manos en la cabeza.

—Escoge uno de todos —ordenó Kagome.

—Nop —se negó rotundamente.

Sango hizo su intervención definitiva.

—¿Sabes lo que pasará si compras todos esos vestidos? —la niña hizo un movimiento de cabeza negando — Kagome-chan no te podrá comprar los vestidos cuando en verdad los necesites. Entonces cuando realmente quieras algo, ella no podrá hacer nada por ti porque  ya tendrás muchos vestidos en casa ¿Quieres que eso pase? – la menor hizo un puchero algo decepcionada pero igual accedió a lo que le decía Sango.

𝐋𝐨𝐨𝐤𝐢𝐧𝐠 𝐟𝐨𝐫 𝐌𝐨𝐦Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt