ᴄαρíтυℓσ 33

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Inuyasha llegó a casa, acompañado por la pequeña Moroha, quien eufóricamente saludó a su niñera. La azabache dibujaba algo en su PC, tratando de distraerse un rato después de las emociones vividas, su encuentro con padre e hija había removido algo dentro de sí y volverlos a encontrar la hacía sentir escalofríos.

-¡Kagome-chan! -saludó la niña, abrazando a su niñera. -¡Debiste hacernos esperado, habríamos venido a casa junto a tí!

Higurashi sintió una ola de emociones al contemplar a la pequeña observándola con sus orbes café, eran tan idénticos a los suyos, que podía mirarse en un espejo a través de ellos, aún no podía concebir el resultado del exámen.

-¿De qué hablas? -Kagome intentó negar su presencia a la cercanía de los jóvenes.

-¿Entonces no eras tu la chica de la bici? ¿Nos equivocamos papá? -inquirió Moroha, tirando de la camisa de su padre. -Por cierto, lindo dibujo.

-Gracias.-agradeció.

-Moroha, ¿por qué no vas y tomas una ducha? ha sido un día agitado, la cena ya casi va a estar.

-Solo quieren hablar "cosas de adultos" -gestó con sus manos-, ya entendí, ya me voy. -expresó dramáticamente y se largó del lugar.

-Kagome, sé que eras tú la que estabas allí cuando estábamos con Kikyo. Ella y yo no...

-¿Cuándo te pedí una explicación acerca de lo que haces o dejas de hacer? -inquirió Kagome, con un tono de voz áspero.

-Hace días que estás gélida como un hielo conmigo, me estoy preocupando, ¡es normal!

-No somos nada, Inuyasha. No somos jodidamente nada, ¡no tengo que ser cariñosa contigo todo el maldito tiempo! -espetó Kagome, enojada.

-¿Pero que demonios te está pasando?

-No me pasa nada. Solo ¡déjame en paz! -exclamó y salió de la sala, cerrando la laptop y dejándola sobre la mesa de decoración.

Inuyasha vió como la chica se alejaba a paso rápido y se quedaba solo en la sala de estar. Definitivamente, algo estaba pasando con Kagome, Taisho se preguntaba que si había la posibilidad de que hubiera un chico involucrado en el cambio radical de actitud de Kagome. Vió la laptop como una puerta que podía concederle algunas respuestas.

Sin más, se sentó frente a la pequeña mesa abriendo la laptop y notando que la misma tenía contraseña, intentó hacer memoria preguntándose que si en alguna ocasión la chica le había confidenciado su contraseña, entonces lo recordó, un día, hace ya algún tiempo, cuando Kagome empezaba a trabajar con ellos, le oyó diciéndole su contraseña a la más pequeña de la casa para que pudiese acceder a algunos videojuegos que le interesaban, recordó el momento y tecleó aquello que creía que era la clave correcta.

¡Bingo!

La laptop abrió, mostrando su inicio al invasor que la utilizaba para sacar algo de información. Vió en una de las ventanas la app que utilizaba Kagome para hacer sus dibujos digitales y algo especial llamó su atención, su gmail mostraba un pequeño círculo en rojo que noticiaba la entrada de un nuevo correo. Colocó el pulsor sobre el ícono y este dió paso al correo, al parecer la notificación era bastante reciente, databa de al menos tres minutos atrás, por lo que probablemente aún la azabache no hubiese podido verla, desplazó su boca hacia abajo para ver de que se trataba.

Desplazando su vista entre líneas rápidamente, Inuyasha quedó sin aliento. Justamente en aquel momento sintió unos pasos masculinos adentrarse al apartamento, tal como un reflejo incondicionado, cerró la app, la laptop, y tomó un vaso de agua para hacer el ademán de que no se encontraba en cercanía con el dispositivo de la chica.

Tal como sospechaba, era Koga quien asomaba por el umbral de la sala. Cargaba con su locker de siempre, pero este se veía bastante hinchado.

-¿Qué tal? -saludó tras tomar el último sorbo de agua. -¿Dónde estabas?

-Salí con unos amigos, es todo.

-Vienes cargado ¿eh? -inquirió desviando la vista al locker.

-Oh, sí. Aquí traigo unos libros del hermano de mi mejor amigo, se han despegado y pensé que tal vez Naomi podría ayudarme. -mencionó con cierto nerviosismo.

-Entiendo.-dijo Inuyasha, haciendo como que creía aquella historia, claramente el bulto en su locker no era provocado por libros.

-¿Acaso ese no es la PC de mi hermana?

-Sí lo es, se ha ido al cuarto y la ha dejado aquí.

-Oh, está bien. Me voy a mi cuarto. -anunció y se dirigió a la habitación que compartía con su madrastra.

Inuyasha exhaló el aire contenido.

Su cabeza aún no procesaba lo leído en la PC de la azabache.

¿Cómo podía haber pasado esto?

...

Días antes

-Buenas tardes. -saludó Koga, educadamente. Ambos estaban a las afueras de la gran empresa, Koga había convencido a Inuyasha de que haría unas horas extras en el trabajo y por eso no era necesario traerlo de vuelta a casa.

-Hola, oh, tú eres el chico de la otra vez, es bueno saber que no me haz hecho venir por gusto.

-Soy un hombre de palabra. -mintió.-Podríamos ir a algún café, y hablar más tranquilamente.

-Concuerdo.-respondió y ambos fueron al café más cercano a la empresa, que solo se encontraba a la distancia de una calle.

-Toma asiento. -invitó Koga una vez que ambos ingresaron al lugar y escogieron una mesa.

-Bueno, aquí estamos. -anunció y soltó un largo suspiro. -¿Qué tanto quieres hablar conmigo, Koga?

-Oh, veo que recuerdas mi nombre, es un buen presagio. -sonrió a la chica y esta le devolvió el gesto. -Necesito que hagas un trabajo para mí.

-¿De qué se trata?

-Necesito que salgas a una cita con Inuyasha mañana en este café céntrico, Landeaux, es su nombre.

-Lo conozco. ¿Por qué precisamente ahí y con él?

-Tengo mis motivos.

-Entiendo. Y ¿por qué se supone que debería hacerlo?

-Estoy dispuesto a hacer lo que sea a cambio.

-¿Lo que sea? ¿Completamente seguro?

-Sí.

-Pues verás, necesito que guardes el dinero de un compañero en casa.

-¿Solo eso?

-Sí. La gestión es rápida, tendrás que mantener el dinero en casa el menor tiempo posible. -explicó.

-Ya está hecho, puedes considerarlo así. -afirmó y estrecharon manos.

-Además de la cita con Inuyasha, ¿hay algo más que debería hacer? ¿algún beso, algo?

-La persona que quiero fastidiar es de conmoscionarse fácil. No hace falta mucho para hacerle perder el control. Ya sabes, de esas personas traumadas. -Kikyo asintió con cierta diversión reflejada en sus labios. -Mañana, después de que te asegures de que has hecho el trabajo traeme el dinero al parque cercano a aquí, te estaré esperando allí, tu solo llámame y estaré allí.

-Entiendo. Nos vemos, por un bien mayor. -se despidió, apretando manos nuevamente y tomando cada uno su camino.

Continuará...

...

Koga de vrdd el más hp de toda la historia ( Harry Potter para los incultos )

𝐋𝐨𝐨𝐤𝐢𝐧𝐠 𝐟𝐨𝐫 𝐌𝐨𝐦Where stories live. Discover now