ᴄαρíтυℓσ 20

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—No saben cuán feliz me hace saber que están juntos, tenía la convicción desde hace algunos años atrás de que había pasado lo peor hijo, y dime, ¿todo  está bien? apenas y te he oído hablar durante la llamada —él tomó el teléfono nuevamente

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—No saben cuán feliz me hace saber que están juntos, tenía la convicción desde hace algunos años atrás de que había pasado lo peor hijo, y dime, ¿todo  está bien? apenas y te he oído hablar durante la llamada —él tomó el teléfono nuevamente.

—Estoy bien —respondió rígido.

—Me alegra mucho saberlo querido —el hecho de que su madre llamara a Koga por sobrenombres cariñosos la perturbaba, incluso cuando él ni siquiera se atrevía a nombrarla —. Quisiera quedarme hablando con ustedes por toda la eternidad amores, pero lamentablemente tengo que regresar al trabajo. Muchas bendiciones para ustedes y cuídense mucho, los quiero.

—Nosotros también mamá —y entonces colgó.

Dejó el teléfono en la cama y le dio una última mirada de otras muchas a Koga. Cerró  la puerta y se dirigió a la sala.
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—Kagome-chan ¿ya están las galletas? — preguntó por enésima vez Moroha con ojitos de perrito abandonado. Notó que no recibía respuesta por parte de la antes nombrada y se percató de que la azabache permanecía concentrada en una actividad en especial, dibujar. Este hecho le llamó la atención pues nunca se imaginó que su mayor dibujara tan bien, con respecto a la foto de referencia, el dibujo de Kagome parecía una fiel copia a este —. No sabía que dibujaras tan bien — mencionó como si se lo pensara profundamente.

—Ah, esto —respondió con una mano en su nuca —Dibujo desde hace mucho tiempo atrás pequeña, mi gran deseo era convertirme en una gran pintora —la cara de la pequeña reflejaba que aún tenía muchas preguntas por hacer.

—¿Y por qué no pudiste? ¿No aprobaste el  examen?

—Mis padres o más bien mi padre, no quiso financiar lo que sería mi presencia en ese examen de pase de nivel. Dijo que nunca querría una hija que se dedicara al arte, dijo que era algo bajo, que nunca saldría adelante siendo una artistucha. Luego intenté hacer el examen a escondidas y aprobé pero-

Fue interrumpida por Koga, quien parecía estar al tanto de aquella conversación.

—Lástima que todo te saliera mal ¿no Kagome? —comentó Koga con simpleza, la azabache solo lo miro una última vez para dirigirse al horno y buscar las ya listas galletas.

¿Cómo Koga tenía la desfachatez de hacer un comentario así? Él sabía perfectamente el porque no pudo ingresar a sus estudios en la facultad de artes visuales.

En el momento en el que ella recogía sus cosas para emprender su viaje y estudiar la carrera que siempre deseó y por fin dejar a un lado todos los prejuicios y sandeces de su padre, Koga la descubrió en el acto, pero juró no contar a nadie, e incluso apoyarla en cuanto a ese tema, a Kagome le pareció extraña la actitud de Koga, pero aún así tuvo la confianza de dejarle su mochila mientras buscaba una que otras cosas. Cuando volvió todo estaba igual, y normalmente agradeció al chico por cuidar sus pertenencias, apoyarle en su escape, todo parecía ir de maravilla, hasta que a la hora de revisar las pertenencias de los educandos, en su mochila descubrieron un pequeño paquete con drogas, por este hecho Kagome afrontó muchos procesos judiciales y procedimientos especiales para poder liberarse de todos los cargos contra ella. Todo fue maniobra de Koga, todo fue tramado por él, para perjudicarla y no dejarle cumplir sus sueños, porque Kagome también había sido una tonta, a simple vista Koga y Kamui parecían enemigos de muerte pero cuándo mirabas bien, podías notar que ambos eran buenos aliados a pesar de sus diferencias, ambos tenían un objetivo, destrozar a Kagome.

𝐋𝐨𝐨𝐤𝐢𝐧𝐠 𝐟𝐨𝐫 𝐌𝐨𝐦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora