ᴄαρíтυℓσ 36

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Kagome estaba sentada en la sala de estar mientras jugaba a hacer castillos de cartas con Moroha, el juego consistía en quien hiciera el castillo más alto con mayor velocidad ganaba y podía derrumbar el castillo contrario, no era la primera vez que jugaban a ese juego, pero Moroha estaba tomando venganza de su última partida, en la que Kagome había ganado en todas las ocasiones. Kagome jugaba, mientras cuidaba que una torta que había puesto en el horno hace unos minutos estuviera lista.

—¡Gané! —gritó nuevamente, después de las últimas 7 veces. La niña dirigió una mirada confusa a su niñera, para luego tocarle el brazo. —Kagome-chan, estás muy rara en estos días¿Qué pasa?

—¿Qué qué me pasa? Nada, nada. —negó con sus manos, brindándole una sonrisa parcialmente falsa a la menor.

Llevaba días, con un nudo en la garganta que no la dejaba en paz. Solamente el hecho de interactuar con Moroha la ponía mal. Tenía ganas de abrazarla, decirle cuanto la amaba, cuanto menos le había echado en los últimos seis años. Sin embargo, no podía hacerlo aún, quedaba pendiente saber acerca de que había causado la gran desgracia que hasta el día de hoy permanecía latente.

—No me gusta las mentiras, Kagome-chan, ¡las odio!

Oh, cariño.

A Kagome le dolió tanto aquella frase...

—Y a mi me gustan mucho las niñas listas como tú. —dijo, revolviendo su cabello y tratando de sonar lo menos dolida posible. La cara de la pequeña reflejaba la desconfianza.

Kagome abandonó su posición de reposo cuando escuchó que alguien tocaba, asumió que sería Inuyasha o Koga, ambos habían salido a destinos diferentes y llevaban al menos una hora fuera del apartamento.

Inuyasha, por su parte, había ido a llevar a Naomi a la terminal de ómnibus, para asegurar a Kagome y asegurarse a sí mismo de que su compañera de trabajo llegase sana y salva a su destino. Kagome estaba profundamente agradecida por las acciones del pelilargo.

Al abrir la puerta, se sorprendió al ver a una chica vestida de oficial de policía, venía acompañada por varios oficiales que lucían el mismo uniforme que ella, puso su credencial frente a su rostro y le entregó un papel sin decir nada aún.

—Buen día, soy la oficial Miya Tokushima, representante de la delegación de la ciudad de Tokyo. Mi equipo y yo hemos recibido una orden de registro de esta residencia al ser posible su complicidad en el crimen de lavado de dinero.

—¿Lavado de dinero? —Kagome estaba desconcertada.

—La demanda está siendo llevada a cabo contra Koga Higurashi, después de un interrogatorio a la principal sospechosa, Kikyo Yoshi, esta mencionó al joven como el sujeto que guardaba el dinero.

Kagome se heló. No Koga, otra vez no.

—Adelante.—cedió la chica, sin alternativa.

—Revisen todas las habitaciones, todo lo que pueda servir como un escondite para el dinero lavado.

—¿Dónde se encuentra Koga? —inquirió la  oficial.

—Él salió hace al menos una hora.

—Ya veo. —expresó fríamente la policía.

—Kagome-chan, ¿qué pasa?

Kagome no sabía que responder, su sangre se congeló al sentir el contacto entre la pequeña mano de Moroha y el vestido que vestía aquel día.

—Solo mantente tranquila cerca de mí, Moroha.

Sacó su celular de su bolsillo y texteó a su medio hermano.

«¿Dónde demonios estás, Koga? La policía está en casa. »

En ese momento, la puerta del apartamento fue abierta. Se trataba de Inuyasha, quien tornó su faceta ciertamente algo cansada a una totalmente confundida.

—¿Qué está sucediendo? —inquirió, al igual que Moroha hace unos instantes atrás.

—¿Quién es usted? —inquirió Miya.

—Soy Inuyasha Taisho, dueño del apartamento.

La oficial se acercó a Inuyasha y le explicó la situación, Inuyasha solo le concedió una mirada cansada y llena de reprochamiento a la azabache, tal parecía que le estuviese diciendo "sabía que esto iba a suceder" sin necesidad de palabras.

—Jefa Tokushima, lo hemos encontrado.

—Sin la presencia de Koga, es necesario que nos acompañen a la delegación hasta localizarle.

—¿Y la niña, oficial? —inquirió Inuyasha, preocupado.

—No se preocupe, ella no correrá ningún riesgo.

Kagome quería maldecir la hora en la que Koga llegó al mundo.

...

—Apenas te reconozco, Koga, pagando todo a su debido tiempo, ¿qué estrella cayó del cielo? ¿Acaso la sobredósis te ayudó a reflexionar? —dijo el estadounidense, entregándole un paquete con la sustancia ilegal al ojiazul.

Koga había tomado un par de fajos de billetes del gran bulto que le había sido concedido por Kikyo, a su juicio, nadie notaría la diferencia en un monto tan grande. Él no contaba en que las cosas no irían tan acorde a sus pensamientos.

—Al parecer, has sido tú quien no ha cambiado el hecho de hablar mierda todo el tiempo, ¿verdad, Jim?

El chico rubio era el narcotraficante de confianza de Koga, desde que salió de Hiroshima había sido Jim quien le había propinado la sustancia.

Ante sus recientes palabras, el norteamericano sonrió, como siempre hacía ante sus respuestas.

—Te dejo.—dijo, saliendo del local que el rubio había destinado a sus ventas.

Un mensaje se posicionó en su barra de notificaciones, era Kagome, avisándole de la presencia de la policía en casa y cuestionando su ausencia.

Esa chica era realmente estúpida.

Si en realidad hubiese querido que hiciera presencia en el apartamento, debía haber mantenido su silencio.

Ignorando el paso en falso de su media hermana, Koga, sintiendo un escalofrío recorrer su cuerpo, se detuvo a pensar en que haría en este momento.

Las cosas estaban yendo demasiado lejos.

Caminó un par de cuadras más a alta velocidad, intentando idear un lugar donde ocultarse, sin embargo, el sonido de una sirena cercana a él hizo presencia unos segundos más tarde. Vio como unos oficiales se desmontaban del vehículo y partió a correr, sin embargo, su dolencia le pasó factura.

No había avanzado mucho cuando cayó al suelo de rodillas debido al exceso de fatiga.

Koga sentía su corazón a mil, las gotas de sudor corrían a gran volumen por su rostro y cuello.

Koga deseaba que todo se tratara de una pesadilla, sin embargo, nada fue así.

Este era su final.

El final del enviado de los demonios.

Continuará...

...

Se viene una de las historias más importantes de la trama, mucha atención.

No solamente hablamos de Koga, también hay partes que narran acerca de otros personajes, que influyeron en la historia de Koga, tal como Naomi, disfruten ✨.

𝐋𝐨𝐨𝐤𝐢𝐧𝐠 𝐟𝐨𝐫 𝐌𝐨𝐦Where stories live. Discover now