ᴄαρíтυℓσ 16

84 22 28
                                    

Bostezó y se levantó extrañada, ¿el motivo? De un momento a otro a cierto pelinegro se le había metido en la cabeza alquilar un nuevo apartamento,  según él "no de un momento a otro" pues alegaba que llevaba tiempo pensando en esa posibilidad

Oops! Această imagine nu respectă Ghidul de Conținut. Pentru a continua publicarea, te rugăm să înlături imaginea sau să încarci o altă imagine.

Bostezó y se levantó extrañada, ¿el motivo? De un momento a otro a cierto pelinegro se le había metido en la cabeza alquilar un nuevo apartamento,  según él "no de un momento a otro" pues alegaba que llevaba tiempo pensando en esa posibilidad.

Pero no solo su nuevo y espacioso apartamento era el causante de su extrañeza, también la falta de dos individuos en su cama, Moroha e Inuyasha, y lo recordó, esa  mañana Miroku y Sango pasaron por Moroha para pasar todo un día junto a ella, y es que desde que fueron a la feria la menor no suelta a sus "nuevos tíos" comentando siempre que serían una buena pareja, ¿cómo puede ser que una niña tan pequeña piense así? A saber las cosas que le metió Inuyasha en la cabeza antes de contratar a Kagome.

Sin embargo, no sabía el paradero del pelinegro, porque si bien hoy era uno de sus días de descanso, pues después del almuerzo tomó una corta pero placentera siesta, y ahora es que se despertaba. Tomo un baño y se preparó con un abrigo y una sudadera en conjunto con unos jeans y tenis deportivos, tomando de paso la pequeña cámara instantánea que siempre le acompañaba en sus viajes.

Salió de la habitación y mirando a todos lados se resignó nuevamente a seguir buscando a el mayor. Con una mueca en la cara se retiró de aquel lugar. Agh, no podía parar de pensar en todas las chicas lindas que acecharon al joven a su llegada, solo de pensar en eso...

Y se dió cuenta, había caído en lo mismo de hace tan solo unos días atrás, ¿estaba celosa?

Si, lo estaba. Porque lo que sentía por Inuyasha ya no era un misterio, eso le había quedado claro hace algún tiempo atrás. Lo que más le costaba aceptar era que nuevamente había caído ante los encantos de un chico, en otras palabras, le costaba admitir su amor por Inuyasha. Pero lo sabía, sabía que Inuyasha no estaría dispuesto a convertirse en la pareja de su propia...empleada.

En unos pocos minutos rentó una bicicleta y emprendió rumbo buscando un poco de aire fresco. Desde pequeña le encantó pasear al aire libre, ese pasatiempo de poco en poco se había convertido en su forma de liberarse un poco del estrés que constantemente la azotaba. En cuanto a su interés por la fotografía, era algo que la acompañaba desde hace algunos años atrás. Ahora paraba de vez en cuando para fotografiar alguna que otra cosa que llamaba su atención, pronto mandaría estas fotos a su madre, ella estará muy contenta de conocer más sobre esa ciudad y sus recorridos.

Paró bruscamente cuando su atención fue llamada por un cercano lugar a ella, una cancha de basketball. Vaya hoy estaba de suerte, dejó la bicicleta con candado a un lado y ingresó al lugar, notando en sus adentros a un chico de tez blanca y cabello largo, fijando su vista en la banca donde descansaba un práctico bolso portador de una cámara.

A pesar de estar de espaldas ya le era conocido el chico que ágilmente anotaba canasta tras canasta. Esperando que sus suposiciones fueran acertadas se dispuso a hablar con este.

—Parece que tuvimos la misma idea — irrumpió bruscamente contra el sonido de la pelota chocando al suelo.

Él se volteó provocando cierto alivio en la pelinegra.

𝐋𝐨𝐨𝐤𝐢𝐧𝐠 𝐟𝐨𝐫 𝐌𝐨𝐦Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum