Capítulo 13: Primera clase

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Estaba llegando a la dirección que Mimi le había mandado.

Desde fuera parecía igual que cualquier establecimiento que había en la calle, solo se veía un pequeño mostrador, el cual estaba vacío. Intentó abrir la puerta pero estaba cerrada y vio que había un pequeño timbre. Llamó, y a los pocos segundos se oyó una vibración que indicaba que la puerta se podía abrir.

Nada más entrar una chica pelirroja vino a la recepción.

- Hola, tú debes de ser Miriam, ¿no? – le sonrió

Miriam asintió un poco.

- Las chicas están a punto de llegar. Soy Vicky, la directora de la academia. Mira ven – dijo señalando con el brazo para que la siguiese – Aquí hay taquillas para poder dejar la bolsa cuando estés en clase. – señaló una fila de taquillas en el pasillo – Estos son los baños y vestuarios, hay duchas por si quieres lavarte antes de salir. – dijo señalando dos puertas con los típicos muñequitos de hombre y mujer. – Y aquí están las salas de baile – anunció llegando al final del pasillo donde había tres puertas – Nosotras bailamos es esta – dijo abriendo la puerta que estaba más a la derecha. – En las demás suelen bailar los más peques, pero si están vacías y te pasas alguna tarde eres libre de ensayar allí todo lo que quieras.

Pasaron a la sala, que era bastante amplia y luminosa. La pared de enfrente suya era un espejo gigante, y a través de él pudo ver algunos de los materiales que había guardados en una de las esquinas.

Llamaron otra vez al timbre y Vicky le dijo que esperase allí mientras ella iba a abrir, ya que seguramente empezasen a llegar el resto de alumnos. Comenzó a oír voces por el pasillo y a continuación vio a Mimi y sus amigas aparecer por la clase.

La primera en venir a abrazarla fue Saydi, y después se acercaron las demás. Durante los primeros minutos la conversación fue muy cordial, los típicos "Anda, pues no sabíamos que te gustaba bailar" "Pues que guay que des la clase con nosotras"..., hasta que al final el estudio se llenó y Vicky dio comienzo a la clase.

Al principio Miriam iba un poco perdida, porque ya tenían en marcha una coreografía, pero no tardó en aprenderse la primera parte que le enseñaron. Pudo ver por el espejo como Mónica le levantaba una ceja a Mimi y la señalaba a ella con la cabeza.

Siguieron con el baile, que poco a poco se iba complicando más y más, además de empezar a notar como el cuerpo se le empezaba a cansar. Estuvo bastante centrada en la clase hasta que posó sus ojos en Mimi. Maldito momento en el que hizo eso, porque a partir de entonces no pudo evitar quitarle los ojos de encima. Intentó ser lo más disimulada que pudo, pero la forma en la que la rubia movía las caderas la embelesó demasiado. Durante una décima de segundo se cruzaron las miradas, lo que hizo que Miriam enrojeciese de golpe y apartase la mirada.

Poco después Vicky se dio cuenta del color que tenía la gallega y le pregusto si quería parar un poco. La poca esperanza que tenia de que Mimi no se diese cuenta de que la había estado mirando se esfumo con esa pregunta.

Ella le aseguró que podían seguir, que estaba bien. El resto de la clase se esforzó en poner una barrera entre ella y la rubia para que no se repitiese lo anterior.

Cuando por fin acabó la clase tenía la respiración entrecortada y estaba tan cansada que casi no se podía mantener en pie. Se le agitó aún más la respiración al ver a las chicas acercarse a ella.

A diferencia de cómo estaba ella, las demás parecía que no estaban tan cansadas. Aunque si solía hacer ejercicio, aún no estaba tan acostumbrada como ellas. Mimi le tendió una botella de agua, que prácticamente se bebió de una sentada.

- Bueno, bueno, si al final sí que ha aguantado. – dijo Claudia con una sonrisa.

Miriam no entendía bien de que estaban hablando.

- Estas han hecho una apuesta sobre si ibas a aguantar la clase. – le explicó Saydi – Gracias por hacerme ganar 1€.

- Entonces te vemos el jueves, ¿no?

- Si - asintió Miriam – Pero ahora me voy a volver a la resi, que necesito una ducha.

- ¿Te quieres duchar antes de irte? – preguntó Saydi

- Es que no sabía que había ducha y no me he traído ni ropa de cambio ni gel ni nada. Pero que no tardo en llagar a la resi. Ya a la próxima me traigo todo – dijo sonriendo antes de despedirse de ellas.

Mientras intentaba abrir la taquilla en la que había dejado la mochila oyó como las chicas salían del estudio y se metían al baño.

- Te ha comido con la mirada durante toda la clase, tan hetero no será – oyó decir a alguna de ellas sin reconocer bien la voz.

- ¿Y? Que yo paso de meterme en líos y mierdas amorosas – esa voz si reconoció que era de Mimi

- Pues para no querer meterte bien que la has traído aquí a bailar y estas todo el día pegada a ella como una lapa.

- Mira, no me toquéis los ovarios.

- Mejor dejamos que te los toque ella

Le costó contener la risa cuando oyó como si alguien le hubiese pegado una colleja.

- Me puedes pegar todo lo que quieras, pero la realidad sigue siendo que te estas colando.

Miriam consiguió abrir la taquilla y sacar su pequeña mochila. Mientras seguía escuchando miró el teléfono para ver cuando llegaba su autobús.

- Tía, es que imagínate que mañana viene a bailar aquí y estáis solas y acabáis follando en el estudio.

Todas las demás empezaron a reírse

- Tía no, que las demás vamos a tener que bailar allí también. Es que ahora no me voy a poder quitar esa imagen de la cabeza cuando estemos ensayando.

- Callaos de una puta vez. Que yo a esta tía no le intereso una mierda. Que yo no sé para qué os cuento nada.

Las demás se callaron y se oyó algún "perdón" y un portazo, que supuso que era Mimi.

Miriam vio que en el móvil ya aparecía que su bus salía en 5 minutos, así que salió corriendo para llegar a la parada y no tener que esperar al siguiente. Al subirse al bus se puso a pensar en lo que había oído antes.

La primera conclusión a la que llegó es que tenía que perder la mala costumbre que había cogido de poner la oreja y espiar todo lo que oía.

La segunda conclusión fue que tenía que buscar alguna forma de deshacer el malentendido con Mimi.

Le dio varias vueltas a lo que habían dicho las chicas de que Mimi iba a ir al estudio al día siguiente. Después de pensarlo mucho, decidió arriesgarse y volver al día siguiente, a ver si con suerte era verdad lo que había oído y podría pasar un rato a solas con Mimi para hablar con ella.

Cada vez tenía más claro que le gustaba, pero también tenía menos claro como acercarse a ella. No sabía muy bien por qué Mimi quería alejarse tanto de ella. Vale que ella no se lo había puesto fácil, pero ya iban 2 veces que la oía decir que no quería acercarse a ella después de oír varios comentarios picándola con que a ella también le gustaba.

Todas las flores / Miriam2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora