Capítulo 26: Accidente

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5 de febrero

Ricarda: "Miriam, estamos en el hospital"

"Mimi ha tenido un pequeño accidente en el laboratorio y se ha cortado y quemado un poco"

"Está bien, no es nada grave"

En cuanto Miriam salió como todos los días de clase y vio el mensaje de su amigo casi le da un infarto. No sabía qué hacer. Su primer instinto fue correr a por su novia, pero ni siquiera sabía dónde estaba.

Intentó llamar a Ricky, pero no contestaba. También intentó llamar a Mimi pero, obviamente, tampoco respondía.

Aunque no paraba de repetirse a sí misma que mantuviese la calma porque Ricky le había dicho que no era nada grave, le era casi imposible.

Decidió volver a la residencia y volver a llamarles, pero nuevamente seguían sin responder. Empezó a dar vueltas por la habitación, hasta que finalmente recibió un mensaje.

Ricarda: "Estamos saliendo ya"

No tardó ni dos segundos en llamarle

- ¿Cómo está Mimi? ¿Qué le ha pasado?

- Bien, no le ha pasado nada, solo le han vendado un poco el brazo. Estamos saliendo de la enfermería y ya se va a casa. – aunque eso la tranquilizó un poco, quería asegurarse y verlo por sí misma.

- ¿Dónde estáis?

- En el hospital universitario, el que está al lado de medicina.

- En dos minutos estoy allí.

Fue entonces cuando pudo oír de fondo:

- ¿Con quién hablas?

- Con tu novia

- ¿Se lo has contado? Te he dicho que no le dijeses nada, que ha sido una tontería.

Sin escuchar nada más salió corriendo de la habitación para llegar al hospital, que estaba a menos de 10 minutos, aunque por la carrera que se pegó no tardó ni 5.

Mimi y Ricky la estaban esperando en la puerta del hospital. A primera vista Mimi estaba bien, pero se fijó en que tenía la mano y el antebrazo derechos vendados.

- ¿Qué ha pasado? – dijo acercándose y dándole un beso en la mejilla a su novia.

Le rozó el brazo vendado pero nada más tocarlo la rubia lo apartó con un pequeño gemido de dolor.

- No es nada, solo ha sido una pequeña quemadura. Ricky solo estaba exagerando, no te tenía ni que haber llamado.

- Pues para ser solo una quemadura bien que has acabado en el hospital y te duele solo con que te lo roce. – dijo Miriam arrepintiéndose al segundo del tono borde que había usado.

- Para venir a enfadarte conmigo te podías haber quedado en tu habitación. – dijo entre diente.

- Hombre, creo que un poco cabreada puedo estar cuando ni siquiera me has llamado para decirme lo que te ha pasado y encima ahora ni me lo quieres explicar – le volvió a levantar la voz Miria.

- Mira, paso, no estoy yo ahora como para aguantar gilipolleces. – dijo Mimi dándose la vuelta y comenzando a andar bajo la atenta mirada de sus amigos.

- ¿En serio eres tan imbécil? – le gritó Miriam mientras la rubia seguía alejándose ignorándola

-.oOo.-

- A ver, yo estaba en frente de la facultad jugando a las cartas con unos compañeros de clase – le explicaba Ricky a Miriam mientras volvían juntos a la residencia – Porque había ecología y es un coñazo porque el profesor solo lee las diapositivas y...

- Ricky, al grano.

- Sí, sí. Que eso, estaba con unos amigos en frente de la facultad cuando veo salir a Mimi con una profesora con la mano en carne viva. Como el hospital está al lado de la facultad la trajeron aquí deprisa para que la mirasen porque con el botiquín del laboratorio poco podían hacer. Cuando la metieron en enfermería para curarla estuve hablando con su profesora y me dijo que estaban haciendo una práctica en la que en uno de los pasos tenían que calentar alcohol etílico. Pues se ve que la parte en la que estaba unido el matraz a la columna estaba roto, se salió alcohol y como el alcohol es inflamable pues empezó a arder todo el pifostio y en cuanto Mimi fue a bajar la ventana corredera de la campana de gases para que dejase de arder, justo explotó el matraz que contenía el alcohol y se cortó con los cristales y se quemó un poco.

A Miriam se le estaban viniendo un montón de escalofríos. Aunque no entendía mucho de todas las cosas que le estaba contando Ricky del laboratorio, podía intuir fácilmente que el accidente que le había sido horrible y bastante peligroso, cn la mala suerte de que fue su novia la que estaba justo delante y le tocó la peor parte. 

- A ver, que llevaba guantes, bata y todo lo que tú quieras como equipo de protección, pero que entre los cristales que saltaron, el alcohol ardiendo y todo, pues ha acabado un poco fastidiada, y por eso la trajeron al hospital a que se lo mirasen por si acaso, porque la crema para quemaduras del botiquín me da a mi que en este caso no hubiese servido de mucho. 

Ni se imaginaba lo que le podía estar doliendo a Mimi la mano, y se sintió fatal por haberla gritado, pero seguía sin entender por qué se había comportado así, sin querer que se enterase siquiera.

- ¿Tu como la viste? ¿Estaba bien? – preguntó temerosa.

- Ella dice que no fue para tanto, pero eso dice siempre. Pero tiene pinta de que le dolía bastante.

Se frotó la frente, comenzado a notar indicios de un dolor de cabeza y dando gracias de que por fin estaban llegando a la residencia y que podía tumbarse para descansar un poco. 

- Gracias por haberme avisado. – le dijo intentado mostrarle una sonrisa. Por lo menos él había considerado avisarla.

- Nada. Oye, no es por meterme donde no me llaman, pero... ¿Habéis discutido o algo?

Se quedó pensativa durante unos segundos. No, no habían discutido.Al menos no que ella recordase.

- No ¿por? - le preguntó confundida.

- Nada, nada. Como antes me dijo que no te llamase y se ha liado un poco cuando has llegado, había pensado que habíais discutido o algo. Que además lleva unos días un poco rara y no sé por qué.

Si Miriam ya tenía la cabeza como un bombo unos segundos atrás, después de lo que le acababa de decir Ricky ya ni podía describir lo que se le pasaba por la cabeza.

- Bueno, hablamos mañana – se despidió Ricky viendo que la había cagado un poco con su pregunta.

Miriam simplemente asintió y se dio la vuelta para ir a su habitación.

Cuando por fin estuvo sola se sentó en la cama con la cabeza dándole vueltas al asunto. No había notado nada raro esos días. Tampoco habían discutido. Intentó analizar todo lo que había sucedido esos últimos días y nada le parecía extraño.

Lo único "distinto" fue que ya no hablaban tanto porque Mimi estaba ocupada con las prácticas, pero eso ya le había ocurrido en otras ocasiones así que tampoco le parecía extraño.

Por desgracia las dudas no se le aclaraban y siguió dándole vueltas toda la tarde al tema. Ni si quiera al llegar la noche pudo tranquilizarse, por eso, cuando el reloj marcó las 2h a.m. decidió mandarle un mensaje a Mimi.

Miriam: "Oye, perdona por lo de esta tarde. Me pase un poco y no tenía que haberte gritado. Si tienes mañana un rato libre ¿podemos hablar? "


Todas las flores / Miriam2Where stories live. Discover now