Capítulo 14: A solas

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Allí estaba, delante del espejo preguntándose si iba a ser buena idea lo que iba a hacer. Tenía los brazos llenos de agujetas de bailar el día anterior, y le costó hasta hacerse el moño. Se puso la bolsa en la que llevaba la ropa de cambio y salió se la puerta antes de que su cerebro se arrepintiese de lo que estaba a punto de hacer.

Cuando llegó al estudio de baile Vicky se sorprendió de verla allí, pero le indicó que había una clase "libre" en la que podía ensayar.

- Bueno, a ver, está Mimi pero la clase es lo suficientemente grande para las dos – dijo señalándole que podía pasar.

Miriam sonrió con satisfacción al oír que Mimi estaba allí. Se acercó a la puerta, que estaba abierta, y vio la silueta de Mimi moviéndose en una esquina de la clase. No había música sonando, pero ella bailaba como si la hubiese.

No supo cuánto tiempo estuvo allí parada pero solo reacciono cuando Mimi paró de moverse y se dio cuenta de que estaba ¿llorando?. La rubia se sentó en una esquina de la habitación y por fin Miriam se decidió a pasar y a decirle algo.

Mimi se sobresaltó al verla y se quitó unos cascos inalámbricos que Miriam no había visto que llevaba mientras bailaba.

- ¿Qué haces aquí? – sollozó la rubia

- Nada, ¿es que no puedo venir a bailar o qué? – dijo sentándose al lado suya

- Pues no estás bailando – recalcó la obviedad

- Ni tu

- Yo ya he acabado, me voy ya. – dijo levantándose

Si Miriam hubiese tenido una alarma en la cabeza, esa frase la hubiese disparado.

- Emmm, ¿tienes algo que hacer? – pregunto levantándose también

- No ¿por?

- Por si quieres ayudarme a ponerme al día con la coreo – rezó en su cabeza para que le dijese que si

- Que si quieres que me quede solo me lo tienes que decir claro, eh – bufó la rubia dirigiéndose hacia la puerta.

Al ver que se le acababan las oportunidades se lo pidió.

- Quédate, por favor.

La rubia se dio la vuelta extrañada de que se lo hubiese pedido, y vio a Miriam con cara de corderito degollado. Se dio cuenta de que estaba siendo demasiado dura con ella y después de suspirar le susurró un "Perdón, me he pasado, es que llevo una mala racha" que Miriam casi ni escuchó pero le asintió y le sonrió demostrándole que no le importaba. A cualquier otra persona la hubiese mandado a la mierda por eso, pero la gallega se había tomado demasiado en serio el querer arreglar las cosas con Mimi, y además, sabía que ella también se había pasado con ella.

Se notaba un espesor en el ambiente. No estaban incomodas, pero tampoco era un ambiente alegre y dinámico. Pero eso no duró mucho. En cuanto Mimi puso en su móvil la canción para intentar repasar la coreografía e hizo un par de pasos la gallega la intento imitar, pero comenzó a notar las agujetas del día anterior y soltó un gemido de dolor. Al principio Mimi se giró preocupada pero en cuanto vio a su amiga masajeándose los brazos de dio cuenta de que le pasaba y se empezó a reír, ganándose una mirada de odio de Miriam.

- Mañana voy a apostar que no vas a aguantar la clase, lo siento – dijo burlándose de ella.

Miriam le levantó un dedo y Mimi le contestó haciendo como que le soplaba un beso.

- Lo mejor va a ser que te vayas a descansar para mañana

Pero Miriam no quería irse, y solo le respondió con una mueca.

- ¿Pero qué te pasa? De verdad que no te entiendo, hace una semana no querías un verme y ahora ni puedes estar 24h sin mí. – dijo Mimi con tono divertido para no sonar muy agresiva, aunque Miriam notó lo que estaba insinuando

- No sé – contesto encogiéndose de hombros – Ya te dije que me arrepentí de lo que dije. A la gente le dan miedo las cosas nuevas y estoy pasando por muchas cosas nuevas ahora, y no sé muy bien cómo actuar. No quise ser borde contigo, porque en verdad me pareces una chica de puta madre, pero no se me ocurre otra forma de solucionarlo.

No había dejado nada claro lo que quería decirle en realidad, pero fue lo más sincero que salió de su boca. Al ver que Mimi no contestaba y tenía el ceño fruncido, continúo hablando.

- Que si quieres que te deje en paz lo entiendo y lo haré, solo quería dejar claro todo.

Mimi le mostró una sonrisa triste y saltó a abrazarla.

- Lo siento. Es que ya me ha pasado muchas veces que la gente se piensa que soy una pesada y siempre acabo echa mierda y no quería... - no pudo terminar la frase porque la gallega la cortó

- Conmigo no. A partir de ahora vamos a ser sinceras, ¿vale? Si nos apetece hacer algo juntas lo hacemos, y si no nos apetece o no podemos lo decimos para dejar las cosas claras, sin rayadas mentales. – dijo mirándola a los ojos

Mimi asintió y la abrazó de vuelta. Se pasaron un buen rato abrazadas, hasta que Mimi se separó diciendo que deberían volver ya a sus casas.

- Podrías quedarte a cenar conmigo – dijo tímidamente Miriam

- Otro día, que me tengo que duchar, que llevo bailando mucho rato.

- Te dejo mi ducha si quieres.

Mimi sonrió ante las ganas que tenía la gallega de no separarse de ella, y a decir verdad a ella también le apetecía pasar un rato más con ella, así que acabo aceptando.

-.oOo.-

Una vez llegaron a la habitación de Miriam, ésta le dio un par de toallas para que se secase y la dejó pasar a la ducha mientras ella se puso a hacer la cena.

No hablaron mucho.

Durante la cena se pusieron una película en el ordenador de Miriam para distraerse. Al terminar de comer se sentaron en la cama de Miriam para terminar la peli. Sin embargo, Mimi no llegó a terminar de verla porque se quedó dormida.

Miriam miró la hora. Las 21.00, aún era temprano, pero decidió dejarla descansar y levantarla en un rato, así que se puso a estudiar algunos apuntes en el escritorio.

A las 22.00 fue cuando se empezó a preguntar que hacía con ella, porque le daba pena despertarla, pero seguro que sus padres estarían preocupados por ella si no volvía a su casa.

Por suerte, se iluminó la pantalla del móvil de Mimi con las palabras ""Llamada entrante de Mamá Inma". Dudó si cogerlo o no, ya que era algo privado de Mimi, pero tenía que hacer algo porque si no se iba a acabar la llamada.

- ¿Hola? – preguntó descolgando el móvil

- ¿Mimi? – dijo la voz al otro lado del teléfono

- Emm, no. Soy una amiga suya. Me llamo Miriam. Verá, es que su hija se ha quedado dormida y me daba cosa despertarla. Pero he cogido la llamada para que no se preocupase, que está bien - le dijo masajeándose la frente y dándose cuenta de lo ridículo que estaba sonando todo.

- Esta niña... Anda que avisa ni ná...

- Seguramente se quede a dormir aquí, que se está haciendo tarde y dentro de nada va a salir el último bus y no creo que le dé tiempo a cogerlo.

- Pero hija, despiértala y que no te moleste.

- De verdad que no me molesta. Era solo para avisarla de que está bien, solo se ha quedado dormida.

- Bueno, pero si te molesta la echas y que coja un taxi.

Miriam le contestó con una risa.

- Y mañana cuando se levante dile que me llame, aunque sea.

- Se lo diré. Perdone por las molestias – dijo tímidamente

La madre de Mimi se rio ante la conversación que habían tenido, y después de despedirse colgó el teléfono.


Todas las flores / Miriam2Where stories live. Discover now