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Inicio.




Por un lado tenemos a Ohma Tokita, el primero en hacer presencia en la arena de combate, el público gritaba de emoción, aquellos gritos conmocionaron al pelinegro, le pusieron los pelos de punta, toda la energía transmitida por esas personas llegó a su lo más profundo de su ser. Recibió con una cálida sonrisa el apoyo de todos, hizo una pequeña reverencia para ellos, en cambio obtuvo aplausos y adulaciones.

Ok, estamos aquí.—pensó Ohma.—Todo está bien. Mis pies están firmes, he dejado de estar nervioso, estoy en calma. Bien, todo está bien.

Cerro sus ojos por un instante para verificar si por fin empezó a guardar las calma, así mismo fue, todo de él estaba enfocado en una sola cosa: la pelea. Su cerebro, sus músculos, su sangre, todo estaba preparado para dar el mejor espectáculo, para sobrepasar sus límites de ser necesario.

Abrió sus ojos, delante suya podía ver como Baki hacía su entrada, las personas lo recibieron con el mismo apoyo que a él. Se acercaba de forma calmada, no hizo algún gesto o reacción fuera de lo común, estaba normal y tranquilo, lo podía ver en la expresión de su rostro, sin embargo era consciente que detrás de toda esa calma hay una poderosa tormenta.

—Bien, todo está permitido excepto por las armas...

El joven hombre estaba dictando las instrucciones del combate, las misma de siempre. Pero Ohma no estaba prestando atención, se encontraba observando a Baki, embobado. El castaño suspiro, levemente elevó su cabeza para encontrarse con la mirada del más alto, hicieron contacto visual y Ohma sintió un escalofrío recorrer todo su cuerpo, los instintos del muchacho se activaron de repente solo por la mirada de Baki.

—... ¿Está claro?

Ohma volvió en sí.

—Si, claro. Está bien.—contestó.

Baki asintió.

—Bien, si están preparados, ¡vayan a sus esquinas!

Antes de marchar, Baki le mostró su mano a Ohma, quería saludarlo antes que nada. Acepto la formalidad del menor y luego de una pequeña sonrisa continuó con su camino. Ambos peleadores fueron a sus extremos cada uno para esperar la señal de pelear.

Todos estaban pendientes a cada movimiento de los dos contrincantes, no querían perderse ni un solo milisegundo por tal razón no se dieron el lujo de pestañear a pesar de que la pelea no ha empezado. Ohma podía sentir su corazón latir nuevamente, más fuerte, cada vez más y más fuerte, al punto de que parecía ser la única cosa que podía oír en todo el lugar. Sentía muchas cosas al mismo tiempo, pero más que nada felicidad de poder llegar a enfrentarse a Baki Hanma.

—¡Que comience la pelea!—golpearon un tambor dando inició a la pelea.

Al mismo tiempo se giraron, se acercaron al centro de la arena, todo estaba silencioso, la audiencia veía detenidamente lo que sea. Los dos tomaron sus distancias y sus poses de pelea, esta vez Ohma no daba pequeños saltos, estaba estático, tranquilo, relajado, al igual que Baki. Se quedaron mirando sin hacer nada por unos segundos, la gente se impacientaba, la desesperación y angustia de todos aumentaba pasar el tiempo.

Raian Kure, bufo y se cruzó de brazos un tanto indignado.

—¡Bah!, ¡que estupides!, pensé que golpearian apenas empezará.—comentó.—Me imagino que se tomarán su tiempo.

Ashura. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora