12.

534 60 6
                                    

Humillación.






Los pasos que daban eran tan distintos; Yujiro caminaba con normalidad, Ohma por su parte estaba siendo sigiloso, precavido como si estuviese preparado para atacar o ser atacado por el hombre delante suya. Su piel estaba de gallina, no paraba de sudar, nervioso, hasta se sorprendía de sí mismo, no se había comportado de esa forma con ningún otro antes, aún si fuese más fuerte que él o mejor, está era la primera vez que le sucedía tal fenómeno.

¡Ohma, detente!

Una voz en lo profundo de su subconsciente le grito, advirtiéndole y intentado detenerlo de la tragedia que se avecinaba si continuaba tras ese hombre, o cosa. Esa voz le pertenecía a Niko, quien se alguna forma se manifestaba como parte de su subconsciente, sin embargo, Ohma no le haría caso a la persona a la que le tiene más resentimiento, su difunto maestro.

Se mantuvo discreto a cualquier movimiento de ese hombre, algo le decía que era más que sólo un peligro. Con tan sólo ver la complexión de sus músculos se daba cuenta que ese tipo eras más que “la gran cosa”. Se fijo en su espalda, tan grande, ancha, no parecía normal.

¿Qué eres Hanma Yujiro?

Esa pregunta apareció de repente en su mente, obra de sus instintos de supervivencia y sentimiento de pánico e terror en ese momento. Le parecía increíble que desconocía la existencia de tal persona en este mundo, pensaba que alguien como él estaría siendo más notorio, pero se lo pensó mejor y fue consciente de que los verdaderos maestros, o monstruos, no se muestran a la sociedad.

Con el paso del tiempo iban por calles desconocidas para el joven y cada vez había menos gente en los alrededores, una cosa era segura, y que noto Ohma, ese hombre aterrorizaba a todos los ciudadanos con los que se topaban en el camino, solo podían ignorarlo y evitar meterse en su camino, sentían que serían asesinados si no lo hacían. Luego de unos minutos, llegaron a una desolada calle, donde todas las tiendas estaban cerradas, no había moros en la costa, sólo eran ellos dos.

—Se acabó el paseo.—pronunció con esa voz intimidante.—Espero que hayas disfrutado el tour, porque no volverás a tener otro igual.

Ohma chasqueo sus labios, arrugó su rostro para verse un tanto más intimidante y no mostrar temor.

—¿Y qué sigue ahora?, ¿el especial?

Yujiro sonrió.

—Si, por supuesto.

—Entonces,—Ohma se armo de coraje y se lanzó contra Yujiro.—¡empecemos de una vez!

Ohma se aventó contra Yujiro, el más grande lo espero, vio como el muchacho tenían un fuerte puño preparado solo para él; la criatura más fuerte del mundo, quería saborear de que era capaz ese chico.

El puño impacto, el sonido hizo eco en la calle cerrada. El pelinegro se sorprendió; no sintió como si hubiese golpeado piel o huesos, sino algo más duro, era una sensación extraña, rara de explicar, como si no le hubiese hecho nada. Desesperado, tomó distancia, prefirió pensar con claridad, porque no sabía a lo que se estaba enfrentando.

La sonrisa burlona de Yujiro lo decía todo: no le dolió. Ni si quiera había sangre, solo un pequeño rastro del golpe, Ohma observó, un tanto impresionado, pero eso le hizo emocionarse aún más.

—Muy buen golpe.—dijo sarcástico.

—No me digas.—gruñó.

—¿Porqué no lo usas?—Ohma alzó una ceja.—Ya sabes, el estilo Niko.

El contrario calmo su expresión, volvió a sus cabales por unos instantes, recordando algunas de las enseñanzas de su maestro, también con todos los que le han mencionado sobre su estilo. Esto provocó un enojo incontrolable, apretó sus dientes, pero entonces trató de disimular su furia asesina.

—Todos están obsesiandos con eso.—exclamó.—¡¿Qué tiene de especial esa mierda?!

Al oír eso, Yujiro, se dio cuenta que el joven que estaba combatiendo con él, no tenía idea de lo formidable que podría ser ese estilo de pelea. Eso solo le provocó una carcajada que dejó confundido a Ohma.

—Que lastima.—limpió una pequeña lagrima.—Es una pena que Niko no sepa elegir a sus discípulos.

—... ¿Qué?—mascullo.

—Vaya perdida de tiempo. Adiós, niño.—se dio media vuelta.

—¡¿A dónde crees que vas?!, ¡está pelea no ha terminado!

—Yo no peleo con débiles.

Sus palabras hirieron a Ohma, no porque fueran un insulto, sino porque eran verdad. Después de todo, en el fondo lo sabía, es débil. Aquello lo molesto más que cualquier otra cosa, no dudo en arremeter contra el volteado hombre para golpearlo con todo lo que tenía, hasta activo el advance una vez más, sin importar las consecuencias de sus actos.

Yujiro, arrugó su entrecejo y se volteó, golpeando con la palma de su mano el rostro de Ohma, empujando hacía el suelo de concreto y estrellandolo de cabeza. Ohma pataleaba y trataba de soltarse de aquel fuerte agarre a su cara, pero no podía. Yujiro sonrió burlon.

—Ni si quiera con esa torpe forma puedes hacer algo.

Con eso último dicho, presionó con más fuerza hasta que cayó inconsciente el joven. Lo miró de forma despectiva, por encima como a cualquier otro, no tuvo más nada que decir, así que se fue sin más.

Ohma Tokita, perdió esa noche.
















Ashura. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora