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Buena pelea.




El momento culmine ha llegado, un ganador queda de pie en la arena, el otro en el suelo inconsciente. Las personas gritando, vociferando el nombre de ambos, aplaudiendo agradecidos de poder ver una pelea de tal magnitud, esto había sido un combate fuera de serie, una pelea que sobrepasó las expectativas de cada individuo presente. Algunos enfermeros entraron con una camilla para llevarse a Ohma, lo levantaron y sacaron de ahí. Baki observó como retiraban al mayor, suspiro, de alguna manera se sentía melancólico, en el fondo sabía que tal vez pase mucho tiempo para que pueda usar todo su poder contra alguien.

A Ohma lo llevaron a la enfermeria para hacerle un chequeo, ahí estaba ael doctor Kureha esperando paciente por el guerrero caído. Después de unos minutos vieron el diagnóstico del pelinegro y resultó tener varias heridas internas, tres cosillas rotas, algunos órganos aplastados y sangrando, aparte de su mandibula quebrada también, al ver el estado del chico, el doctor Kureha se puso manos a la obra, no hay paciente que haya muerto a manos de este doctor, porque él es el mejor doctor del mundo.










Paso alrededor de una hora y media, Ohma despertó, tenía vendas en su cuerpo y se sentía somnoliento, su cuerpo estaba muy débil aún, apenas podía moverlo, le dolía hasta el más mínimo movimiento. El muchacho no se forzó para nada, se mantuvo acostado tranquilo, la luz le molestaba así que tomó un pañuelo de al lado y se lo puso en su golpeada cara, suspiro, todo estaba tan silencioso y tranquilo que parecía que todavía estaba inconsciente, lo único que quería ahora es seguir durmiendo. Pero alguien entró a la habitación, era Doppo Orochi.

—Ohma.

El muchacho reconoció esa voz de inmediato, sonrió de lado, le dolieron los labios. Orochi jalo un taburete y se sentó al lado suyo, suspiro, miró su cuerpo todo maltratado, sabe muy bien que las heridas que se ven en el exterior no son peores que las de su interior.

—¿Cómo te sientes, chico?, digo, sé que estás herido, que tonto de mi parte, debes de estar cansado y adolorido.—se sonrojo por su falta.—Fue una buena pelea, luchaste bien. Diste lo mejor de ti ahí afuera, le demostraste al mundo lo valiente y feroz que eres.

—¿Q-quién...?—Ohma trato de decir algo. Orochi se acercó para escucharlo.—¿Quién... G-ganó?

El hombre mayor entrecerro sus ojos, realmente no quería ver la reacción de Ohma al saber esto.

—Perdiste, Ohma.

—...

La atmósfera se volvió incomoda y pesada.

—... Pero, hey, ¿sabes qué?, no importa, l-

—¿Cómo...?—interrumpió.—¿C-cómo perdí...?, ¿con qué me gano?

Cada palabra era un dolor intenso, pero no había algo más doloroso que la derrota que sufrió, después de tantos esfuerzo y tiempo al que se dedico.

—Fue una patada alta.

En ese instante Tokita recordó todo. Sorpresivamente comenzó a reírse, cosa que dejó confundido a Doppo.

—E-es increíble como... Peleas tan difíciles, peleas tan duro y...—carraspeo.—Al final todo termina de manera t-tan simple.

—Ohma, deja de hablar, te estás lastimando.

De repente Ohma se incorporó, estaba sentado en la camilla, fue sorprendete, todo su cuerpo le dolía y estaba muy herido se supone que no debería de hacer movimientos tan bruscos, pero había algo que dolía más que todas esas heridas, había algo que lo asfixiaba por dentro.

Algo roto.

Lentamente miró a Doppo, el anciano pudo ver la mirada perdida y los ojos desorbitados del menor, tenía una mirada tan triste. Reconoció esos ojos de inmediato, no era nada más y nada menos que el reflejo de la derrota en sus ojos. Estaba devastado. Doppo sabe cómo se siente. El hombre suspiro, puso sus manos sobre los hombros de Ohma y dijo:

—Buena pelea.

Esta vez, Ohma, desde el lado más profundo de su consciencia al escuchar esas palabras pudo observar a Niko al lado de Orochi, su rostro con una expresión de alegría, felicitandolo por su buen trabajo.

—Bien hecho, Ohma. Lo hiciste bien. Hiciste más que suficiente.

Empezó a llorar.

No pudo contenerse más, ni su fuerza era suficiente para hacer que no lloré. Rompió en llanto, es todo lo que podía hacer. Doppo lo abrazo consolandolo.

En el pasillo, detrás de esa puerta, estaban todos; Shibukawa Gouki, Retsu Kaioh, Kaku Kaioh, Katsumi Orochi, Hanayama Kaoru, todos ellos escuchando esta escena que les llegaba al alma.

Todo terminó por hoy, fue suficiente.











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Espero que les haya gustado.

El. Siguiente tal vez sea el último capítulo, lo más seguro es que si.

Adiós.

Ashura. Where stories live. Discover now