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Demonio.





Existe una leyenda urbana que nos narra el conflicto entre un padre y su hijo, yendo más haya de una simple discusión o riña, donde ambos tienen una pelea a muerte. Por un lado tenemos a su hijo, un muchacho que para su edad es alguien con una fuerza superior a la del humano promedio, con habilidades excepcionales y una sed por la victoria que lleva grabada en la sangre, este chico es conocido como el adolescente más fuerte del mundo, campeón de una arena clandestina con incontables victorias.

Y en el otro lado tenemos a su padre, un hombre aterrador, alguien que espanta hasta al más valiente, los animales salvajes temen por su presencia, y el arma viviente más grande del mundo que se podría considerar los Estado unidos el lugar donde la guerra es hasta una propaganda, son incapaces de derrumbar a esta fuerza imparable. Se ha llegado a creer que no existiría un hombre tan capaz como él, que es imposible que un ser humano así viva en este mundo, si es que se puede considerar humano a alguien así.

Él es la epitome de la fuerza, la representación más vivida del poder absoluto. Aquel que puso de rodillas a la potencia mundial número uno, humillando a los Estados Unidos llevándolos al extremo de tener que hacer un tratado con él. Poseedor de la genética más codiciada y valiosa del mundo, considerado el mejor de su generación hasta ahora, un ser que no se doblega ante nadie y sólo busca su propia satisfacción en las cosas. Este es el padre del adolescente más fuerte del mundo: la criatura más poderosa del mundo.

Pero lo más aterrador que acompaña a esta leyenda urbana vendría siendo sin lugar a dudas el mito de la espalda demoníaca. Según dicen, la criatura más poderosa del mundo tiene la cara del diablo grabada en su espalda; unos dicen que es un tatuaje para verse más intimidante, otros dicen que en realidad es el rostro del demonio plasmado en su cuerpo. Esta cosa se conoce como la espalda de los Hanma, cuando los músculos de atrás toman la forma y expresiones de la cara de un demonio, esta es la expresión de la violencia al máximo.

El ser humano se ha conocido por su malicia, su peligrosidad, los desastre que ha causado, los genocidios, las armas de destrucción que ha creado, y en un futuro lo más seguro que abra más. Robos, asesinatos, abusos, maltratos, todas estas injusticias que se manchan con la sangre, el ser humano ha demostrado ser una especie volátil y hostil capaz de lastimar sin compasión a quien sea, en especial al débil. Y estos individuos, con el poder que le transmiten sus genes dependiendo de qué tan puros sean, son capaces de mostrar con sus músculos la violencia extrema que se acontece en todo lugar. A través de sus fuertes cuerpos, de sus espíritus diabólicos, motivados por la sed de sangre y el deseo del combate, expresan la forma de vida o la mejor manera de mostrar al mundo lo que es la violencia en sí misma: un demonio.

Dispuestos a lo que sea, a matar con sus propias manos, a destruir con sus piernas y a mutilar hasta con los dientes. No vas a ver una forma de vida tan sucumbida a la violencia como los Hanma.

Baki Hanma, una vez más, viéndose en una situación que para él es bastante compremetedora, excitante, emocionante, despertó aún más en su interior el deseo de derramar más sangre, de pelear hasta el final aparentemente cercano. Su cuerpo ardía en adrenalina, el sudor de su piel se volvía vapor por el calor intentó que transmitía su cuerpo, era su sangre Hanma perdiendo el control de él.

Ohma Tokita despertó algo sin precedentes, un monstruo que dormía dentro de Baki, pero por sobre todo estaba anonadado, aparte de que no tenía opciones y uso su más grande técnica, estaba con sus propios ojos al oponentes más fuerte que se ha enfrentado en su vida entera, lo supo desde que entró al cuadrilátero que no sería nada fácil luchar contra él, que se vería en momentos de desesperación pero nunca creyó encontrarse con la espada y la pared y no tener forma alguna de librarse.

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