Capítulo 61: Terraza

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Os he comentado muchas veces que sentirse sola es lo peor del mundo... pero, ¿y sentirse confusa, qué? Tener ese ''malestar'' en el cuerpo por algo que, a lo mejor, ni siquieras has hecho. Saber que la gente te esconde algo o que se aparta de ti por cualquier acto que hayas hecho.

- ¡Julia! -gritaba mientras corría detrás de ella.

Las huellas en la arena reflejaban como la perseguía mientras ella se alejaba sin más.

- ¡JULIA! -grité. Me tiré encima de ella mientras Julia empezó a darme pequeños puñetazos en los hombros iniciando así un forcejeo. - Para, joder -dije agarrando sus dos muñecas y presionándolas sobre la arena. - ¿Qué coño te pasa?

- Déjame -dijo girando la cabeza.

- No entiendo porqué reaccionas así. Te juro que no lo entiendo... -dije aminorando la fuerza en sus muñecas.

- ¿Y tú? ¿Tú por qué le tienes tanto asco a Jhon? ¿Por qué le pegaste? ¿Por qué intentas alejarlo de mí? -dijo mirándome fijamente. Me callé mientras intentaba buscar alguna respuesta, y solo una se me vino a la mente, pero era mejor no decirla. - Basta ya Patri, ¡suéltame!

El forcejeo comenzó otra vez. Movía sus piernas mientras yo hacía fuerza en sus muslos con mis cachetes para impedir que se escapase. Sus puños se abrieron apresuradamente intentando encontrar salida. Apreté fuertemente sus muñecas, hasta tal punto de hacerle daño. Poco a poco subí mis dedos mientras acariciaba lentamente sus manos. Entrelazé mis dedos son los suyos y apreté sus manos mientras ella hizo lo mismo. Ella se calmó y empezó a respirar fuerte.

- Tienes la particular manía de hacerme dudar todo el tiempo... -susurré acercándome a su boca.

- Patri... -soltó un pequeño suspiro. - Estoy...  -Julia empezó a temblar mientras sus sudorosas manos mojaban las mías. - Estoy...

De pronto, alguien disparó.

- ¡Vamos! -dije mientras me levantaba. Julia se quedó inmóvil. - ¡Vamos, joder!

Corrimos hacía la casa donde nos habíamos alojado. Desde el exterior pude ver como Jhon estaba asomado en una de las ventanas que tenían vistas al mar.

- ¡Jhon! -dije preocupada. - ¿Qué ha pasado?

- ¡Perdonad! -gritó desde la ventana. - Cogí tu revólver, Patri. Siempre tuve la curiosidad de disparar con él. -seguía diciendo. - Es bastante difícil... el pulso se me ha ido hacia atrás nada más apretar el gatillo.

Julia y yo nos miramos y entramos a la casa. Yo tenía mis dudas... creo que Jhon lo hizo intencionadamente. 

Después de sentarnos todos y desayunar, estuvimos hablando sobre qué hacer. 

- Tenemos víveres y agua... medicinas... ropa limpia... pero no tenemos munición. ¡No tenemos! -dijo Ángel mientras sacaba su arma y la colocaba en la gran mesa marrón del salón.

- No podemos ir a ningún lado sin munición... -añadí levantándome y mirando a todos. - ¿Y si rebuscamos entre las casas del pueblo? Seguro que encontramos algo.

- Eso es como buscar una aguja en un pajar, Patri. Aquí hay cientos de casas, podríamos tirarnos la vida. -añadió Jhon.

- Además... Esto es sospechoso. ¿No os parece muy extraño que todo esté tan tranquilo? ¿Que no haya zombis y prácticamente el lugar esté limpio y cuidado? -dijo Julia.

- Bastante... -dije yo colocando las manos en mis caderas.

- Tenemos los cuchillos... -habló Tatiana.

Apocalipsis finalWhere stories live. Discover now