Capítulo 51: Estación

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Maldita sea la política, maldita sea la desigualdad y maldita sea la injusticia. ¿Os dais cuenta de lo conformistas que éramos antes de todo este caos? Sinceramente, pienso que el verdadero caos era el que teníamos antes; políticos en la cumbre que controlaban nuestro país sin escuchar o tener en cuenta la opinión del pueblo, terrorismo provocado mismamente por el vacío tan grande que los peces gordos hacían a nuestro país; injusticias sociales, económicas, judiciales... Y lo peor es que nadie, NADIE hacía nada por miedo a dar su opinión.

Después de calmar un poco a Tatiana, registramos las mochilas y encontramos varias cosas útiles. Viendo sus pertenencias, se podía deducir que era un grupo de sobrevivientes como nosotros; no tenían ningún campamento ni nada por el estilo... 

Es una pena saber que hay más gente viva y que no haya un refugio seguro o algo así... Qué hipócrita soy, mato a esas personas y encima digo eso, en fin.

Nos pusimos en marcha en la misma agrupación que teníamos, a diferencia de que ahora éramos 3 grupos ya que Albert no estaba.

- Has hecho bien Patri, no te preocupes por la reacción de Tatiana -me dijo Julia mientras andábamos.

- Es normal su comportamiento. Además, lo de Albert le ha afectado mucho, tenían un lazo ''especial''.

- Sí, eso es...

- ¿Por qué no me lo dijiste antes? -pregunté mirándola.

- ¿De qué iba a servir? ¿Para que me tomases por loca, por psicópata?

- A día de hoy, el que no es un psicópata no sobrevive. Julia, sé que sigues escondiéndome cosas...

- Como te dije, me sentía sucia, una escoria. Me quedé varios días en casa y me deshice de los cuerpos de mis padres. Una vez que me di cuenta de lo que estaba pasando con ese virus, me conciencié de que, o salía a buscar comida, o moría de hambre y de pena. Salí con la intención de volver a casa, así que me equipé con una mochila casi vacía para poder cargar con todas las provisiones posibles, y un cuchillo que yo misma afilé.

- ¿Cómo te atreviste a salir sola? -pregunté intrigada.

- Tenía que hacerlo Patri, tenía que hacerlo. Bueno, como iba diciendo, salí. Era un paisaje desolador, impactante... Las casas de mis vecinos con sangre en sus fachadas, puertas abiertas, ventanas rotas... pero peligro ninguno, no había zombis. Y bueno, a partir de ahí fui dejándome llevar, tuve mucha suerte en sobrevivir tanto tiempo.

- ¿Sobreviviste sola todo ese tiempo? -pregunté.

- No, estuve con un grupo de personas, las cuales intentaron asesinarme. En ese momento me di cuenta de que tenía que depender de mí misma. Decidí empezar de 0; intentar cambiar y olvidarme de lo que había hecho y de lo que me habían hecho.

- Ahora entiendo muchas cosas... ¿Pero por qué lo de ''Wilsa''? Eso nunca lo comprendí.

- Bien dije que quería empezar de 0, y eso implicaba en todo. ''Wilsa'' era como se llamaba la marca de deporte que me patrocinaba en el tenis, quería dejar atrás a Julia, y entonces se me ocurrió ponerme ese nuevo nombre.

- ¿Te funcionó todo lo que hiciste?

- ¿Ves que me haya funcionado? He acabado contándote todo, rebajándome a ser la misma chica con miedo e insegura de sí misma -contestó desanimada.

- Intentar cambiar tu personalidad para evadir un problema no es la solución.

- Tampoco hacerse la valiente es la solución.

Estaba claro que eso lo decía por mí. Julia pensaba que ''me hacía la valiente'' cuando en realidad no era así. Yo solo tenía la necesidad de luchar, de sobrevivir, de intentar conseguir una vida en este nuevo mundo, si es que se le puede llamar ''mundo''...

Apocalipsis finalWhere stories live. Discover now