Capítulo 23: Caos

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¿Os imagináis lo que es tener a un zombi encima vuestra? Ver como su boca sangrienta se mueve de arriba a abajo intentando arrancarte un trozo de piel y queriendo chupar tu sangre. Ver como su piel putrefacta tiene cortes y marcas de sangre por todos lados.
Pero, ¿por qué? ¿Por qué ocurre eso en tan poco tiempo? Es decir, ¿por qué con una sola mordedura tu cuerpo cambia completamente? Esto me lo había preguntado desde el primer día que vi un zombi en aquel vídeoclip de Michael Jackson, en el cual salían zombis bailando con toda su piel desgarrada.

Lo que hice para salvar mi vida fue lo más desagradable que nunca había hecho. Puse mis dedos pulgares en sus ojos y apreté tan, tan fuerte que llegué hasta su cráneo y conseguí traspasarlo, llegando así a su cerebro.
Aunque parezca sorprendente, maté a esa bicha hambrienta con mis propios dedos. Y no era de extrañar, tanto tiempo había hecho de mis brazos, unos brazos musculados y con mucha fuerza.

Salí corriendo de allí con la bolsa negra de armas colgada en mi brazo y la mochila con las provisiones en mi espalda. 

 Fui directamente hacia el coche. Antes de llegar, vi como varios zombis estaban golpeando las ventanas del coche.

- ¡NOOOOOOOOOOOOOOOO! -grité corriendo hacia ellos.

Saqué lo más rápido que pude una M16 de la bolsa, la cargué y empecé a disparar a todos los zombis que había.
Cayeron al suelo y dejaron el coche libre. Recogí la bolsa y me acerqué a él. La puerta izquierda de atrás estaba abierta y había un rastro de sangre que seguía por el suelo.

- ¡Julia! ¡JULIAAAAAAA! -grité mirando hacia todos lados sin recibir respuesta.

Intenté arrancar el coche, pero el motor parecía fundido. Abrí el maletero para revisar que las armas y varia ropa que teníamos siguiesen ahí. Todo estaba dentro, así que dejé las provisiones que conseguí y la bolsa de armas y me equipé para ir en busca de Julia. 

Revisando el interior, deduje que Julia había tenido un forcejeo con alguno de esos zombis, o con varios...
Seguí el rastro de sangre que me llevó hasta un bosque. Poco a poco, el rastro iba desapareciendo y acabé perdida en medio del bosque.

Estaba hambrienta y deseando tumbarme en una cama, pero parecía que las cosas no estaban a mi favor. 

- Me cago en la puta, va a oscurecer y necesito encontrar a Julia -me decía a mí misma.

Estuve andando durante una hora o cosa así, hasta que me di cuenta de que andaba en círculos. Empecé a pensar que Julia ya no seguía viva e incluso quise abandonar la búsqueda, pero estaba claro que no me iba a quedar tranquila hasta que al menos, viese su cuerpo.

De pronto, disparos y gritos de auxilio captaron mi atención. Aunque yo sabía que esa no era la voz de Julia, fui a donde provenía todo ese jaleo.
En un terral del bosque, había una chica (morena, aparentemente bajita, delgada, piel doradita y ojos grandes) que intentaba escapar de un zombi que estaba sobre ella.
Corrí hacia ella, saqué mi cuchillo y lo clavé con todas mis fuerzas en la cabeza de el zombi. 

- Quieta, no se te ocurra levantarte o serás tú la siguiente -dije presionando a la chica con mi pie.

¿Recordáis lo que nos pasó a mí y a Julia hace un tiempo atrás? La ''encerrona'' que nos hicieron esas dos chicas... A partir de ahí, tuve claro que no podía fiarme de nadie sin antes hacerle pensar que era capaz de hacer cualquier cosa, incluso de matar. 

- Tranquila, por favor. 

- ¿Quién eres? ¿Cómo has llegado hasta aquí? ¿Estás sola? ¡Contesta, joder!

- Soy Kimberly... -contestó asustada.

- ¿Kimberly? LLAMA, GRITA SI ME NECESITAS Y AL INSTANTE LLEGARÉ. LLAMA, GRITAS SI ME NECESITAS... KIM POZIBOOOOOO -canté.

- Es ''Possible'' no ''Pozibo'' -dijo la chica riéndose de mí.

- Claro, y se dice ''BIIIIIIIIIBER'', no ''BIEEEEEBER'' analfabeta de mierda -contesté imitando a la chica. - ¡DÉJATE DE BROMAS Y DIME QUÉ CARAJO HACES AQUÍ!

- Pero si eres tú la que ha hecho una 'broma'... No sé cómo he llegado hacia aquí. Solo sé que fui a revisar las trampas de conejos y salió una manada de zombis de la nada. 

- ¿Revisar trampas de conejos cuando está apunta de oscurecer? No te creo nada.

- Déjame ir, te he dicho la verdad.

- ¿Tienes algún arma?

- No, de verdad.

- Como intentes algo raro, juro matarte -dije dejando que se levantase.

Se levantó un poco aturdida y empezó a caminar muy lentamente. Yo me quedé en el sitio observando que se fuese. 
De repente, bajó la mano hacia su bota, agarró una pistola y disparó hacia mí. Pero claro, yo me olía que iba a hacer algo antes de que ella pudiera levantarse, así que fui más rápida que ella y me tiré sobre ella evitando que el disparo me llegase.

- ¡Serás hija de puta! -grité golpeándole la cara con los puños cerrados.

- ¡Para! ¡Paraaaaaa! -dijo alguien tirándose sobre mí.

Miré para atrás y... la vi. Era Julia, con heridas por todos lados, pero era ella.

- ¡Juliaaaaaaaaaaaa! -grité de la emoción.

- ¿Nunca vas a cambiar? ¡¿Nunca?!

- ¡Me disparó! -dije levantándome.

- Yo le dije que lo hiciese.

- ¿Tú...?

- Sí, yo. 

- ¿Por qué?

- Porque estás muriendo en vida, Patri. Ya no tienes nada más que hacer en este caos...

- Juré a mi hermana que iba a luchar por ella, y lo haré.

- No a mi lado.

- No me haces falta.

- Vete -dijo Julia dándose la vuelta.

Comencé a andar cuando de pronto, volvió a pararme:

- Espera, tengo algo que es tuyo.

Agarró mi mano, cogió mi revólver de su pantalón y me lo dio.

- ¿Có-có-cómo lo tienes? ¿Dónde estaba?

- Siempre lo tuve yo, pero quise hacerte creer que lo habías perdido.

- Gracias, supongo.

- Cuídate Patri, y recuerda: 'el miedo es lo que nos mantiene con vida'.

Después de decirme eso, me besó la frente y se alejó poco a poco con Kimberly.

Supongo que esto era el fin de todo lo que había vivido con Julia. Supongo que aquí empezaba el caos, pero el caos de verdad.

Apocalipsis finalUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum