Apocalipsis final

Capítulo 6: Armería

¿Nunca os habéis preguntado en lo que pensaréis minutos antes de morir? Se suele decir que toda tu vida se proyecta en tu mente. Yo creo que eso no es así. Estoy segura que minutos antes de morir pensaría en la persona que me marcó la vida o en el momento más feliz que he vivido. Pero, ¿quién sabe lo que realmente piensas? La única manera de descubrirlo es muriendo. ¿Sabéis en qué estaba pensando en el coche? Lo poco que me he valorado a lo largo de mi vida, desperdicié mis días con mis pensamientos de ''Eres fea.'', ''Nadie te quiere.'', ''Tus bromas no hacen gracia, se ríen  por pena.''. Eso no es vivir, es matar a tu autoestima. Aunque claro, siempre he sido una persona que ha necesitado que cuando lleva algo a acabo le digan que lo está haciendo bien, y que no digan comentarios como ''Es una mierda.'', ''Já, que manera tienes más absurda de matar el aburrimiento''... En fin.

Recuerdo como los gruñidos de los zombis cada vez se oían más cerca. Lo peor es que ya no estaba lloviendo y se me hacía la impresión de que cada vez venían más a por mí. 

De repente, empecé a oír un pito de coche que cada vez se acercaba más, los zombis empezaron a acudir a ese sonido. Yo seguía en mi sitio, sabía que iba a morir, hiciese lo que hiciese no había solución. El sonido de un disparo me hizo reaccionar, abrí los ojos y miré hacia la ventanilla. Un zombi estaba a escasos centímetros de mí y cada vez avanzaba más. En el suelo del coche había trozos de cristales, cogí el más grande y me puse de rodillas en el asiento. El zombi llegó y empezó a introducirse por la ventanilla, yo rápidamente apuñalé el cristal con fuerza y se lo clavé en la frente. Jamás pensé que era tan duro un cráneo. Me chorreaba la mano de sangre porque me clavé el cristal. Su mandíbula seguía intentando morder mi mano.

Salí del coche corriendo por la parte de atrás y vi como un coche con la música a toda voz estaba dando vueltas al hospital. Alguien empezó a gritar mi nombre... Miré hacia mi derecha y ¡era Alex!, mi cuerpo solo supo ir a abrazarle. 

- No hagas preguntas y corre a la salida del hospital, tenemos que llegar lo antes posible -me dijo mientras me agarraba del brazo para que le siguiese.

Estaba bastante cansada, y como en varias ocasiones dije, correr no era lo mío, prácticamente Alex me estaba llevando. 

- ¡Corre y no mires para atrás! -me dijo mientras me tiraba de la mano.

¿Quién coño inventó esa frase? Es de lógica que si te dicen eso lo primero que haces es mirar para atrás.

Los zombis estaban saliendo de todos los rincones posibles del hospital. Para que os hagáis una idea de la cantidad de zombis que había imaginaos un hospital a las 10 de la mañana en condiciones normales. Todo esto no tenía lógica, cuando yo entré al hospital no había ni un zombi, excepto cuando llegué a la sala de urgencias...

Una vez que llegamos a la salida del hospital, estaba Eli esperándonos con un coche que parecía nuevo. Alex se subió al asiento del copiloto y yo me tumbé exsaúta en la parte de atrás.

- ¿Me podéis explicar todo esto? -dije.

- ¡Eres una irresponsable! ¡Maldita loca! ¡Por poco morimos todos por tu culpa! -dijo Eli mientras ponía rumbo a la carretera.

- Cálmate Eli... -dijo Alex mientras gesticulaba la cara. -Eli y yo llegamos a la puerta de tu casa a las 17:00 con este coche que lo habíamos encontrado en la cochera de un vecino de 3 manzanas más abajo. Pasaron unos 20 minutos y tú no llegabas, empecé a pensar donde podías estar y me acordé que me dijiste que tus padres seguían en el hospital. Se lo dije a Eli y corriendo fuimos a buscarte. Al llegar, vimos como los zombis estaban saliendo de sus escondites porque la lluvia había parado. Todos se estaban dirigiendo hacia los aparcamientos, y Eli tuvo el presentimiento de que estabas ahí. Por suerte, el coche tenía un CD de música y lo pusimos a toda voz mientras tocábamos el pito. Eli me dejó en el jardín, mientras me cubría dando vueltas con el coche para atraer a los zombis. Vi que un par de zombis se dirigía a un coche y con la pistola les disparé, pero solo le dio a uno. Después vi como saliste del coche y corriste hacia mí.