Capítulo 3: La fiesta de cumpleaños

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AUBREY

—¿Espiando?— contraataco.

Dominic está apoyado con el hombro y de brazos cruzados mientras me observa. No recordaba que fuera tan atractivo, ¿Por qué es tan atractivo ahora?. Me pongo de pie, pero no me muevo de mi lugar.

— Solo estaba buscando un encendedor para la vela y me perdí — se excusa.

— Te perdiste— repito incrédula.

—Es la primera vez que vengo a esta casa y es bastante grande — entra a la sala. Con su presencia se me hace más pequeña.

Observo descaradamente su pecho, lleva una camisa blanca con los primeros botones desabrochados. Noto que ha estado haciendo ejercicio, está muy definido.

«Como no, estúpida. Es el subcomandante de bomberos, no se llega a eso sin hacer nada» si mi conciencia existiera me daría un golpe en la cabeza.

Tiene un porte más maduro, más definido. Habíamos salido cuando estábamos en la escuela, en los últimos tres meses, nuestra relación había sido corta, si. Él era el mariscal de campo en el equipo de fútbol, por lo tanto siempre tuvo un buen cuerpo. Pero ahora está más marcado, o eso creo, lo que se ve a simple vista son brazos grandes fuertes y espalda y pecho anchos. A lo Chris Evans.

— Te llevaré a la cocina — propongo antes de comenzar a pensar cosas indebidas.

— Por favor.

Cuando paso por su lado, su aroma a loción me inunda las fosas nasales. Que buen perfume, madre santa.

Me sigue por los pasillos, en silencio, hasta que ingresamos a la cocina. Busco en un estante el encendedor.

— Así que sales con Alisa — suelto de repente para cortar el silencio incómodo. Aunque lo hice más incómodo.

« Bravo, Aubrey, bravo »

— Eso parece — asiente.

Le extiendo el encendedor.

— No sabía que Alisa tuviera novio, ella siempre me cuenta todo — eso sí que me había extrañado más que el hecho de que su novio sea mi ex.

Tal vez Alisa no me lo cuenta todo.

— Comenzamos a salir esta semana, seguro no tuvo tiempo para contarlo.

— ¿Esta semana?— lo miro de repente y mi mano se baja instantáneamente justo en el momento en el que él iba a recoger el encendedor.

— Si, esta semana. Hemos hablado por unos meses y...¿Por qué tan sorprendida?— inquiere ladeando su cabeza unos centímetros.

— Es que...no nada. Me sorprende de Alisa.

Pensar que el lunes había despertado en la casa de un extraño, desnuda y desorientada. Creo que tengo cosas que aclarar con ella.

— ¿Y cómo está tu vida? — trato de desviar el tema. Vuelvo a extenderle el encendedor —. Eres bombero.

— Así es, y tú arquitecta — pone sus ojos grises en mi y siento que me franquean las piernas.

Asiento y sonrío orgullosa de mi misma. Me costó mucho llegar a donde estoy ahora.

Sus dedos rozan los míos cuando toma el encendedor. Los tiene ásperos, apuesto que es por su trabajo.

— ¡Aquí están!— exclamó una voz desde la puerta de la cocina. Me sobresaltó pero logro disimularlo. La mamá de Alisa, entra con una sonrisa enorme en su rostro —. Creí que te habías perdido.

INSUPERABLES [•1]Where stories live. Discover now