Capítulo 21: Te extraño

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AUBREY

Estaba vaciando una tercera botella de quién sabe qué con Shelly.

Resulta que ella tiene 23 años, le gusta bailar y tuvo que usar sus dotes para ganar dinero, trabajando como stripper en un bar. Quiere iniciar la universidad así que de vez en cuando cobra por sexo. No le avergüenza decirlo, pero tampoco es algo que le fascina hacer. Es una chica muy bonita, es morena con rizos, curvas en las caderas, tiene pechos pequeños pero un trasero que lo compensa.

Me ha caído muy bien, la verdad. Y a Olivia también, se la pasaron conversando de sus cabellos y como hacen para tenerlos tan suaves.

Olivia no bebió alcohol por su embarazo, pero bailó como nunca.

—¿Se lo dijiste?— le pregunto en medio de saltos.

—¡Si! ¡Dios, jamás esperé una reacción así! — agita sus manos y mueve su cabeza al compás del ritmo de la música —. Le gritó que sería padre por segunda vez a todo el vecindario, luego llamó a su madre y se fue.

—¿Se fue?

— A decírselo a sus amigos — ríe —. Ayer se lo contó a Dominic y Tyler. Creo que ellos tenían una apuesta porque Jordan ganó doscientos dólares.

Asiento y suelto una carcajada. Esos idiotas que apuestan sobre los embarazos.

Durante la noche nos unimos a un grupo de chicas que son igual o más alocadas que nosotras. Bailamos, gritamos, y cantamos, mientras bebemos botella tras botella.

No sé cómo es que mi lengua termina enroscada con la de un chico que no conozco. Él me aprieta el trasero, entonces lo separo de mí y me alejo. Busco otro y coqueteo con un chico de la barra que me regala un cigarrillo. Me inclino hacia adelante hinchando mis pechos para que me lo encienda con su encendedor. Le sonrío coqueta y la mano de Shelly rodea mi muñeca.

— Bailemos — asiento y me lleva con ella a la pista, pero no nos detenemos hasta llegar a un escenario donde ambas subimos y oigo gritos de aliento.

Así terminamos bailando para todo el mundo. Dos chicas del grupo que se nos unieron se suben con nosotras y las cuatro nos montamos un baile entre erótico y ridículo para los clientes de todo el bar.

La castaña de ojos verdes se me acerca y se agarra de mi cintura, está igual o peor de ebria que yo. Se ríe en mi cara y me lo contagia.

Bailamos por no se cuanto tiempo y bajo cuando me duelen los pies. Voy a un asiento y me pido una botella de agua. Estoy sudada, acalorada y cansada, pero con mucha energía. Vacío la botella de agua en mi estómago y casi me atraganto cuando veo quién se acerca a mi a zancadas.

— ¿Qué crees que estás haciendo, Brey?— me grita Alisa por encima de la música.

— ¿Divirtiéndome?— cierro la botella y la dejo a un lado. No sabía que ella estaba por aquí.

— Esto no es diversión, has hecho el ridículo frente a todas estas personas, ¿Que crees que dirá mi primo cuando sepa que te volviste stripper?

— No me interesa.

Abre su boca sorprendida y da un paso atrás.

— Sé que estás dolida por lo que te hizo, pero esta no es una forma de vengarse. Pareces una desequilibrada.

— No intento vengarme, solo salí a disfrutar de la noche.

— Estás ebria y tienes un olor horrible a cigarrillo, esto no es una buena manera de disfrutar.

— ¿Y cuál es? ¿Quedarme encerrada en mi casa llorando por tu primo? No, gracias.

— Es lo que cualquiera haría, lo amas y te comportas como si no te importara su traición. Vamos, te llevaré a casa — me ayuda a levantarme y trato de empujarla.

INSUPERABLES [•1]Where stories live. Discover now