Capítulo 9: Críticas absurdas.

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DOMINIC

Odio los aviones. Malditos vehículos aéreos que tiemblan. Los odio.

Alisa está a mi lado intentando contarme cosas de su vida para distraerme, pero solo hace que me den ganas de tirarme desde esta altura ridícula.

—Cuando era niña, viajaba mucho con mis padres, una vez viajamos en una tormenta y el aterrizaje fue horrible, nos hicieron poner mascarillas respiratorias. Jamás lloré tanto en mi vida como ese día, creería que moriría.

Mis ojos estaban enormes mientras ella seguía contándome de su casi muerte.

Miro al pasillo buscando una salida, debemos estar a miles de metros del suelo. Maldita sea, que horror. Mis ojos caen en tres asientos atrás de nosotros en la otra fila. Aubrey lee un libro y escucha música a la vez, su cabello rubio está en un hombro suyo y su mejilla está hinchada por apoyarla en un puño de su mano.

Aparentemente siente mi mirada porque levanta la vista y me mira. Entrecierra los ojos y trato de disimular mis ganas de suicidarme, pero no lo logro cuando la veo quitarse su cinturón y levantarse de su asiento. Su novio la toma del brazo y ella le dice algo. Miro al frente apretando las manos a los lados, es por el avión, por el avión.

—... Entonces las azafatas nos dijeron que no nos preocuparamos y por suerte no pasó nada ¿Lo ves? Estamos seguros, Domi — concluye su historia que me tiene los pelos de punta.

— Hola, ¿Qué tal el viaje?— aparece Aubrey, apoyándose en el asiento de adelante. Veo que trae su libro y sus auriculares en la mano.

— ¡Brey! Estamos bien, le estaba contando una historia de mis viajes a Dominic. Le tiene un poquito de miedo a las alturas — le dice tapándose la boca como si le contara un secreto.

— No le tengo miedo a las alturas — digo de inmediato —, le tengo desconfianza a los aviones.

— ¿Quieres leer un poco para distraerte?— me ofrece su libro.

— No hace falta — niego.

— Señorita, le pido que vuelva a su asiento, vamos a aterrizar pronto — le dice un azafata y lo único que escucho yo es la palabra aterrizar. Antes solía viajar mucho, en los viajes de ocho o más horas me tomaba una píldora para dormir. En los más cortos me lo tenía que aguantar, pero aún así no me acostumbro a estos vehículos del demonio.

— Claro— nos mira y le sonríe a Alisa como despedida y me mira. Cuando pasó por mi lado palmeó mi hombro y no pude evitar tomar su mano deteniéndola, fue un impulso, un autoreflejo.

La azafata nos mira muy atenta sin decir nada.

Aubrey me observa y veo como mira a mi compañera y luego a su asiento. Entonces cuando se asegura de que nadie está mirando se pone de cuclillas y toma mi mano, siento algo frío.

— Pon la primera playlist y cierra los ojos — me susurra. Asiento y se va a su lugar.

La azafata, quién nos miraba con una sonrisilla, la borra y vuelve a su semblante de azafata.

Me pongo los auriculares y enciendo su teléfono, tiene contraseña y la miro con los ojos entrecerrados. Aprieta los labios para disimular una sonrisa. Y me muestra los números con los dedos. Los pongo e ingreso, voy a la app de música y pongo la primer playlist. Cierro los ojos y me agarro fuerte de los apoyabrazos después de guardar su teléfono junto al mío en mi bolsillo del pantalón.

Malditos sean los aviones.

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Sobreviví.

INSUPERABLES [•1]Where stories live. Discover now