Capítulo 31: Torturador.

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Arriba es la Alisa que me imagino, al igual que los demás.
Recuerden que cada quien se imagina a los personajes como quiere.

🔥🔥🔥

DOMINIC

Voy a buscar a Odín para sacarlo a pasear y me doy cuenta que ella aún no está en casa. Desde ayer que fue a consolar a Alisa no la he visto y me jode porque solo le quedan cinco días antes del juicio y no quiero perder tiempo.

Hoy se supone que iría a la estación para presentarse de buena manera ante todos mis compañeros y los novatos, pero revisando mi teléfono en el ascensor veo que aún no responde mi mensaje.

Paseo con Odín toda la mañana y almuerzo en el lugar abierto de un restaurante. Me encuentro con unos amigos y charlamos un rato hasta que deben irse y Odín y yo volvemos a casa con un almuerzo adicional. Pero la encuentro vacía otra vez.

Mientras Odín juega con un almohadón yo me dejo caer en el sillón y reviso mi teléfono una vez más. Es increíble las ganas que tengo de verla y eso que la vi ayer.

Odín levanta las orejas alertandome y corre a la puerta emocionado.

—Hola cariño — le responde a penas abre y él salta emocionado sobre ella — Estás contento de verme, eh.

Dejo mi teléfono y la observo cuando ella me mira.

— No es cierto, ¿Que haces en mi...tu... en el departamento? ¿Tienes llave?

— Es mi departamento, obvio tengo llave.

— Es mío, voy a pagar renta y agradecería que no entres si no avisas — cierra la puerta y se quita su abrigo y su sombrero para colgarlos en el perchero. Gira su cabeza y estira sus brazos, parece cansada. Se quita sus tenis y descalza se va a la cocina.

Puedo ver lo mucho que se encariñó Odín con ella, la sigue a todas partes, le lame la mano cuando la deja colgando, la espera y llora cuando la ve llegar e irse. Es todo un perro malo con todo el mundo, ah, pero con la mujer correcta cayó como hoja seca.

— ¿Compraste comida?— vuelve con la bolsa del pedido.

— Me sobró y no quise dejarla.

— Esto está completo.

— No tenía mucha hambre.

Me mira con los ojos entrecerrados unos segundos hasta que sacude la cabeza y se sienta con las piernas cruzadas, deja la bandeja de comida en su regazo y come como muerta de hambre.

Noto sus ojeras y su cara de agotada, además de que trae la misma ropa de ayer.

— Estuve toda la noche despierta consolando a Alisa, lloró, gritó, se enojó. O estaba tan enamorada de ti que de verdad le dolió o solo hizo un espectáculo de niña berrinchuda — enciende la televisión mientras mastica un pedazo de pollo —. Estoy exhausta, ser una buena amiga es agotador.

— ¿No te dijo nada más?

— Si, no entiendo cómo es que le dijiste que la engañabas, no debiste decirle. Ahora está obsesionada buscando quién pudo ser la zorra con la que te acuestas y chistosamente la ayudé a investigar.

— ¿La encontraron?

— No, pero tenemos una sospecha. Hace un tiempo fuiste a una reunión con una morena de cabello corto, salió contigo en una foto que están con los demás bomberos. Sospecho que es ella.

— Están muy cerca, debieron investigar toda la noche para encontrarla.

— Créeme, estuve toda la puta noche stalkeando tus redes buscándome a mí misma— me hace reír y ella niega —. Estoy muerta de hambre.

INSUPERABLES [•1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora