INSUPERABLES [•1]

Capítulo 17: Más amargada de lo habitual

En este capítulo veremos a Aubrey en sus días de menstruación, quiero aclarar que está completamente exagerado todo con el fin de reírnos un poco. No quiero ofender a ninguna mujer con esto. Sé lo que es estar en los días de período, pero Aubrey es muy divertida a mi parecer cuando está en modo perra insoportable y salió este pedacito de capítulo, repito, TOTALMENTE EXAGERADO. Solo es un poquito de comedia, no pretendo ofender a nadie ni hacer ver a la menstruación como la peor cosa que una mujer puede vivir.
¿Oki Doki?

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AUBREY

Maldito sea el día en que Dios decidió hacer que la mujer atravesara la jodida menstruación. ¿Qué necesidad había de hacernos tener dolores de úteros una vez por mes?

Estoy hecha una bolita en mi cama, tapada hasta la cabeza, abrazando una almohada a mi pecho, tan fuerte como si quisiera fusionarla con mi cuerpo. Yo sé que no todas las mujeres pasamos estos días igual, algunas ni siquiera lo sienten, por ejemplo mi amiga Kylie, ella no sentía dolores ni cólicos, ni sentía incomodidad, nada. Por otro lado estaba Darla, ella era común, los típicos dolores, típicos cambios de humor, solía ser bastante jodida en esos días, se volvía insoportable con la comida, quería comer todo el tiempo y había que satisfacer sus antojos. Darla parecía embarazada durante sus días de período.

En cambio yo, siempre he tenido muchos dolores. Luego de ponerme el anticonceptivo se calmaron un poco y mi menstruación se volvió menor. Pero luego se fue acomodando y volviendo a lo habitual, quizá antes parecía que me estaban acuchillando los órganos desde adentro. Ahora tal vez cambió un poco eso, puedo resistirlo. Pero ese cambio trajo consigo mi cambio de humor, me volví aún más amargada y sensible. Es como si quisiera mandar a todos a la mierda en un mar de llanto. Si, lloro mucho y no sé por qué.

Justo ahora estoy recordando la muerte de un personaje literario que leí a los catorce años mientras estaba encerrada en el ático del...para que nadie me molestase. Su muerte me dejó bastante destrozada y ahora no sé porqué la estoy recordando. Ni siquiera recuerdo qué ocurrió en el resto del libro, solo ese hecho que me marcó.

Erick no está haciendo mucho por mí, la verdad. Llegó a mi departamento hace una hora y quería que le cocinara algo porque venía con hambre del trabajo. Se quejó conmigo porque no habíamos hablado casi nada durante la semana. Me picaba la lengua con el impulso de decirle que él mismo me venía diciendo que estaba "muy ocupado", pero me callé, no estaba en mis días para una discusión. Él tampoco insistió y llamó al delivery, comió en mi sala, mientras yo me retorcía en mis sábanas. Otro efecto del período en mi cuerpo era la falta de apetito.

Lo bueno de todo esto es que me duraba pocos días, a veces no pasa de los tres. Definitivamente, el anticonceptivo había regulado mi menstruación.

Sentí como se sentó en la cama y acarició mi cabeza por encima de la sábana.

—Cariño, me estoy aburriendo aquí. Me iré. Cuando te mejores llámame— me dice. Ni me muevo ni respondo. Su teléfono suena y me quita la sábana de la cabeza para buscar mis labios para darme un corto beso —. Destápate que te ves horrible así — se levanta y responde su llamada mientras sale de la habitación—. Hola...Si, si, ya estoy en camino...¿Como me vas a esperar?... mhmm...eso me gusta...

Maldito infiel. Vuelvo a taparme hasta la cabeza y me acurruco aún más. Soy consciente que Erick no ha estado ocupado precisamente con su trabajo. Tengo que admitir que fue bastante disimulado, pero es difícil que algo se me oculte y por fin estoy en proceso de confirmar mis sospechas. Suspiro contra la almohada que aplasto contra mí pecho, solo espero que esto termine cuanto antes. Tienen suerte de que soy una mujer paciente y tengo mis creencias en que todo se debe manejar poco a poco, porque sino todo el maldito universo estaría implorando piedad. Porque llevo cabreada mucho tiempo ya, me han cabreado, él lo ha hecho, pero sé que solo tengo que sentarme a esperar que su momento llegue.