Capítulo 12: Noche de disculpas

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AUBREY

Una vez en el departamento me deshago de mi abrigo y lo cuelgo en el perchero. Luego el suyo seguido de mi y se va a la habitación mientras yo busco agua. Cuando vuelve desliza una bolsa por encima de la mesa. Entrecierro los ojos.

—¿Qué es esto?— agarro desconfiada la bolsa, él revisa la nevera despreocupado.

—Es para ti.

Lo miro intentando descifrarlo pero no lo logro, me concentro en ver el interior de la bolsa. Una caja de una elegante y cara marca. Saco la pequeña caja del interior y la observo antes de abrirla. Hay un reloj redondo y grande dentro, es hermoso, tiene perlas alrededor, es brilloso y fino.

— ¿Por qué me das esto? Que yo sepa aún no es mi cumpleaños.

— Solo es un regalo, ¿De acuerdo?

— ¿Y por qué me regalas algo? Yo no...

— Porque si, Aubrey, acéptalo, póntelo y vamos a coger en el sillón — impone y sale de la cocina desabrochando la camisa.

Lo sigo de inmediato con el regalo en la mano.

— Dime la razón, Dominic, no me gusta recibir cosas así porque sí, ¿Que fue lo que hice para que me des esto?

— Nada, solo lo vi y pensé que te quedaría bien — se deshace de su camisa y la deja sobre la silla, sigue por sus zapatillas.

— Dominic...

— Los oí, ¿Bien?— suelta — en la isla, tus suegros estaban hablando con tu novio y dijeron cosas de ti que no me gustaron.

— ¿Qué dijeron?

— Nada que debas saber — se me acerca y agarra el reloj, lo abre para pasarlo por mi mano —, solo asegúrate de llevarlo puesto cuando los veas.

— ¿Acaso tiene una bomba que debo activar para matarlos a todos? Dime dónde está el botón de activado — bromeo.

Él sonríe de medio lado y me cautiva por un segundo. Sus ojos grises se posaron en mí y me estremezco.

— Si quemas su casa, me aseguraré de llegar tarde para que se le quemen hasta las pestañas falsas — me río, pero dejo de hacerlo cuando él se pone serio y toma mi nuca, me obliga a mirarlo a los ojos —. Mira, Aubrey, yo sé que no tengo que hacer esto, sé que tú puedes comprarte estas cosas sola sin ayuda de nadie, pero no me gustó para nada la forma en la que hablaron de ti y si hay que cerrarles la boca con estas cosas lo haré.

— Ellos siempre hablan mal de mí, no tienes por qué involucrarte en esto, lo vengo soportando hace un año entero, sus críticas no me afectan.

— ¿Por qué lo soportas?

Me quedo sin saber qué responder. Proceso rápido una respuesta lógica.

— Erick, salgo con él, no con su familia. Lo que ellos digan de mí me resbala.

— ¿Y lo que él diga? ¿También te resbala? — deja mi nuca y veo como su mandíbula se tensa.

— Es mi novio — le recuerdo —, su opinión importa, pero eso no quiere decir que me afecte si no le gusta algo de mi. Yo soy como soy y no voy a cambiar por nadie — doy un paso atrás para observar el elegante reloj en mi muñeca —. ¿Ellos dicen que no puedo comprarme algo así, verdad?

Asiente. Recuerdo la conversación que tuve en la mañana con Margareth.

— Tienen razón, no puedo, tengo otras cosas más importantes en las que gastar mi dinero — me quito el reloj y lo meto en la caja —. Agradezco tu regalo, pero lo compraste tú, eso solo confirma que no fui yo quien pagó por él, yo no fui quién lo compró, así que no demuestro nada más que un amante es quien me da cosas caras.

INSUPERABLES [•1]Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon