INSUPERABLES [•1]

Capítulo 32: Acuario

AUBREY

Sé que me merezco las mierdas que me pasan, porque básicamente yo me lo busco todo. Pero, ¿En serio? ¿Qué más va a pasarme? Solo me quedan cinco días de libertad y luego cumpliré mi condena, ¿Por qué las desgracias me persiguen?

Mi mejilla arde atrás el impacto de la mano de Alisa. Mi cabeza gira y con los ojos cerrados me repito lo mucho que me lo merezco.

—¡Alisa!— Dominic agarra mi rostro entre sus manos y observa mi mejilla que seguro está roja. Lo aparto, no quiero más demostraciones frente a Alisa, quién mantiene sus ojos rojos y húmedos observándonos dolida.

— Eres una traidora — murmura y dejo que se desquite —. Sabía que eras una zorra pero nunca creí que te meterías con mi novio y...¿Qué es esto?

Me arroja el papel que traía en la mano, siendo rápida lo agarro antes que se caiga y lo observo dándome cuenta que es la foto que Dominic me dió de nosotros de cuando estábamos en la escuela. ¿Cómo tiene ella esto?

— ¿Se conocían? — la decepción en su voz al hablarnos es notoria — ¡Respondan!

— Si — digo y doblo la fotografía a la mitad para no verla más.

— ¿Qué...? ¿Como? ¿Por qué están... así?— señala la foto claramente por la posición mía sobre el regazo de Dominic de una forma muy cómoda y confiada.

Entonces me doy cuenta que otro secreto mío sale a la luz frente a Alisa. Un secreto que no era gran cosa con lo demás oculto, pero que al fin y al cabo no tenía ganas que lo supiera, en especial ella.

— Fuimos novios en la escuela — le cuento, observándola con el mentón alto, ni que fuera a bajar la cabeza avergonzada por salir con Dominic en ese tiempo —. Un noviazgo insignificante adolescente, donde prácticamente solo estábamos por diversión.

— ¿Por qué no me dijiste?— veo como se muerde para controlar el insulto hacia mí.

— Porque eres insegura y que yo te dijera que tu nuevo novio era mi ex te haría perseguirte con pensamientos sobre nosotros y te torturarias a ti misma comparándonos — ya no tengo ganas de mentirle, nuestra amistad claramente está rota.

— ¿Pero quién te crees?— espeta con esa mueca característica en su familia — No voy a compararme contigo. Yo soy mucho mejor, solo mírate, tal vez tengas una cara bonita, pero no eres nada comparado a mí.

Mi rostro se mantiene sereno mientras ella comienza a descargar mierdas contra mí. Dominic queda ajeno pero atento a todo.

— ¿Acostarte con mi novio, Aubrey? Caíste más bajo de lo que creí — me dice —. Pero no me sorprende — se me acerca quedando cara a cara y yo le paso por unos centímetros en los que ella intenta estirarse y llegarme —. Siempre supe que eras una zorra traidora.

No me inmuta un pelo su desprecio. Siempre supe que ella no se mostraba como realmente era y si, esta escena que está haciendo no solo por la herida abierta que le hice con su novio, sino también porque es parte de su personalidad.

— Una puta, eso eres. Engañaste a mi primo, me engañaste a mi y fingiste todo ese tiempo ser la amiga perfecta cuando solo eres una escoria con lindas pestañas — sigue soltando mierdas —. ¿No podías con el peso de que yo tengo lo que quieres, no?

Muevo mi cuello cansada y respiro hondo buscando paciencia.

— ¿Y que se supone que es eso?

— Una familia normal y no una desastrosa como la tuya, una carrera que me llevará a la cima y no un fracaso como tu trabajo, dinero y no como tu pobreza y un novio casi perfecto y no como tú que ahora ni siquiera tienes y solo están contigo por tu cara.