Capítulo 23: Perdidamente enamorada

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AUBREY

Estoy frente a la señora Thompson y su abogado Porter. Nos entregan una cláusula de no sé qué mierda y mi abogado se encarga de hablarles, porque si lo hago yo los mando a la re mierda.

Sonia Thompson está sospechosamente sonriente hoy. Moviéndose inquieta sobre su silla como si esperara un gran momento. Su sonrisa se agranda con una miradita que me da con aires de "gané", mientras su abogado le tiende un documento al mío.

Miro a Elías cuando masculla una maldición en voz baja después de mirar el contenido de dicho documento.

—¿Qué?— se inclina hacia mí para que vea lo mismo que él. Fotos. Malditas y expositivas fotografías. Mías y de su hijastro. Mías y de Dominic.

Hay tres. En la primera reconozco que estábamos en su auto, fue unos de los primeros días en los que nos reencontramos y estábamos incómodos por la cosa esa que hicimos en aquel baño de la discoteca. En la segunda estamos saliendo del edificio del departamento paraíso. Y en la última, mucho más explícita, estoy sobre su regazo, desnuda. Fue esa vez que lo hicimos casi toda la noche sin parar, el día que él intentó convencerme de aceptar su propuesta. Lo último que hay es una fotocopia de la multa que nos dieron por follar en el auto mientras conducía.

¿Cómo diablos es que tienen todo esto?

Miro a mi abogado, ambos pensamos lo mismo. Estoy más arruinada que antes. Paso mi mirada de él al mediador que está en la cabecera de la mesa mirando el documento que le dieron a él. Esto me deja en peor posición que antes.

— Como ya todos hemos visto, la señorita Channing ha estado frecuentando con este hombre, que dicho sea de paso es el hijastro de mi cliente — comenta el abogado Porter. Cruza sus brazos por encima de la mesa y me mira fijamente a mí, detecto también esa mirada de victoria en él —. Díganos, Channing, ¿Que intenta hacer? ¿Chantajear al joven Blake para zafarse de esto? ¿Tal vez creía que enamorándolo podría hacer que él convenciera a su madrastra de quitar la demanda en tu contra? Cuéntenos cual es su plan.

Yo solo quiero irme de aquí, pero antes agarrar el nacimiento del cabello de estos dos y estrellarles la cabeza sobre la mesa y dejarles sangrando la nariz.

Miro a Elías y sé que no sabe qué decir, él no sabía de esto, nadie se suponía que debía saberlo.

— No era un plan, claramente — pronuncio mirándolo a los dos —. Y no entiendo por qué deberían influir mis relaciones amorosas con esta demanda que no tiene nada que ver.

— Tiene que ver, no puede simplemente meterse con los hijos de su rival para seducirlos y ganar.

El mediador niega con la cabeza y escribe en su libreta poniéndome nerviosa.

— Yo no seduje a nadie.

— Las fotos no dicen lo mismo.

— Pido cinco minutos para descansar — interviene mi abogado y él mediador asiente dándonos la posibilidad de salir.

Agradece y me saca de la habitación para llevarme a una oficina vacía, cierra la puerta y baja la cortina. Cuando se voltea a verme, se cruza de brazos, incrédulo.

— ¿En serio, Brey? ¿Con el hijastro de Thompson? Hay muchos hombres a quien puedes abrirles las piernas, ¿Y te vas con ese?— sacude la cabeza —. ¡Dios! Eres la clienta más difícil que he tenido. ¿Entiendes que debes decirme todo lo que hagas que afecte al caso, no?

— No veo el por qué esto debería afectar.

— ¡Porque creen que es apropósito!— se desespera, pasa una mano por su cabello y respira hondo para calmarse.

INSUPERABLES [•1]Where stories live. Discover now