Capítulo Cinco: Enfrentarás La Verdad

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Baruk

—Es...

—Un desastre —. Asentí.

Alice puso su mano en la pared de piedra y sonrió de inmediato.

—La magia del bucle aún es fuerte, es por ello que se ha mantenido bien hasta ahora —. Sacó de su armadura una bolsa dorada y esparció un polvo dorado en su mano—. Pero me aseguraré de dejarlos bien protegidos. Así podrán dejar el bucle y volver a libertad.

—¿Quieres decir que esta magia es de la abuela? —. Preguntó Nalu.

—No, es mía —. Sonrió contenta—. Y que bueno que es mía, de no ser así, el bucle se habría roto. La magia pierde fuerza con el tiempo, pero la de un arconte es infinita.

—Por eso el manto de Månen vive incluso cuando nosotros no existimos ahí —. Nora murmuró.

—Me sorprendió que conocieran un hechizo tan complejo —asintió—, normalmente lleva años hacer uno como ese, incluso aprender a usarlo. Su padre realmente debe ser un arconte poderoso si pudo crear uno para ustedes.

—Es verdad, papá es genial —. Nalu aseguró.

—Un niño —. Sonrió tocando su vientre.

A ella de verdad le sorprendía y también le alegraba la idea de que mi padre fuera a nacer de ella. Es como si de alguna manera Alice supiera que todo iba a estar bien si papá nacía.

—Es talentoso como tú —. Asentí.

—Y no es un arconte normal —. Nalu aseguró—. Es el primero de su generación, yo soy el segundo.

—Hay muchos tipos de arcontes, seguramente su padre debe poseer cualidades que otros no —sonrió contenta—, los Lawrence tenemos un talento con la vida, nuestro poder radica en ello.

—Es verdad —Nora sonrió cuando Alice movió un pequeño rayo entre sus dedos—, aún no hemos descubierto nuestro talento.

—Quizá es porque aún son jóvenes. Yo descubrí mi talento hasta los veintitrés —. Pensó.

—Ya tenemos treinta —Nalu murmuró—, de verdad somos lentos.

—Parece que sí —. Asentí decepcionado.

—Bueno, oficialmente puedo decir que he terminado —. Alice tocó la pared de nuevo—. El hechizo les permitirá entrar y salir cuando lo deseen, pero no olviden que este bucle los protege de lo que sea que hay allá afuera.

Miró el techo.

—No salgan jamás, no saben lo que hay del otro lado y yo tampoco, pero el bucle no se siente... Tranquilo —. Asimiló—. Sea lo que sea que hay del otro lado, no es bueno.

Los tres asentimos.

Alice volvió a mirarnos y sonrió. Parecía que a veces olvidaba lo bella que era la abuela y del amor infinito que nos daba, es igual a padre, siempre tratando de protegernos de lo que sea que nos quisiera dañar.
Incluso parecía que ambos eran idénticos, en esencia, mi padre era más como la abuela que como el abuelo.

Ambos poseían un corazón noble.

—Están listos para que los deje —. Acarició mi frente—. Espero que cuando nos volvamos a ver seamos realmente felices.

—Lo seremos —. Asentí de inmediato.

—Cuida de tus hermanos y de ti, Baruk. Siempre cuida de ti —. Sus ojos me daban paz—. Muy pronto nos veremos, cariño.

—Hasta pronto, Babú.

Los tres la abrazamos y después, ella abrió un anillo de tiempo. Era poderoso.
Alice estaba a punto de cruzarlo, sin embargo, se detuvo un momento para verme. Se notaba que algo le preocupaba.

El Destino De Un Alfa © [PAUSADA]Where stories live. Discover now