Capítulo Cuarenta Y Ocho: Nuevo Curso

689 80 46
                                    

Baruk

—¿En qué estás pensando?

Miré a Liv cuando se sentó a mi lado y negué con la cabeza.

—Todavía no puedo sacarme de la cabeza esa voz —miré al frente—, creí que era una amenaza, pero mientras más lo pienso siento que es una advertencia. Es como si nosotros fuéramos vigilados.

—Eso aún suena irreal para mí.

—Tienes razón, parece irreal.

Había pasado cerca de una semana desde que habíamos hecho el viaje al castillo negro. Nada había cambiado, bueno, excepto por el hecho de que Emdrick ahora sería padre y de que todos habíamos comenzado a desarrollar mejor nuestro don por separado.
Todos éramos conscientes de lo sucedido, además, estábamos listos para seguir peleando si de alguna manera era necesario.

Hasta ahora, sólo éramos conscientes de que no sabíamos nada, es decir, nos habíamos enfocado tanto en encontrar las gemas, que no pensamos en lo que pasaría al tenerlas bajo nuestro poder.
Sabemos que hay una oscuridad alrededor de la Luna y que debemos protegerla, pero aún hay tanto que no sabemos de nuestra misión que es imposible no ponerme a pensar en qué es lo que debemos hacer después.

¿Contra quién será esta batalla?

Todavía no puedo olvidar las últimas palabras de mi padre y la pintura que me mostró. Sabía que aquella cosa seguramente había sido retratada por alguien y yo quería saber quién.
Seguramente esa persona sabría qué es lo que nos pasaría y lo que se supone que deberíamos hacer ahora. Es decir, ¿Qué no se supone que en ese momento nos estábamos enfrentando a algo?

Si hay una guerra, tengo que estar preparado.

—Entrenamos día y noche —asentí pensando en ello—, pero siento que eso no es suficiente. Hay cosas que todavía no podemos controlar incluso siendo los elegidos más fuertes.

—Baruk —Liv tomó mi mano—, hemos hecho hasta lo imposible para asegurar que cada uno de tus hermanos pueda usar su don, además, cada uno ha entrenado sus habilidades mucho más que antes.

—Es que no me siento en paz —la miré. Me sentía impotente—, ¿Qué es lo que está pasando?

Ella me miró confusa.

—Necesito preparar a mi manada para cualquier cosa que tengamos que enfrentar una vez que tengamos la corona —traté de explicarle—, aún no sabemos qué es lo que pasará después, ¿Qué tal si sólo nos hemos preparado para nada o si de verdad estábamos haciéndonos fuertes para enfrentarnos a una guerra real? Yo soy el alfa, se supone que debería sentirlo o al menos intuir que algo anda mal, ¿Por qué no lo siento? ¿Por qué me cuesta tanto saber si en verdad estamos listos o si alguno de ellos podría morir en batalla?

—Baruk, te lo he dicho siempre, no debes pensar las cosas demasiado.

—Es que nunca es demasiado cuando se trata de la seguridad de mi familia —me angustiaba no saber qué hacer—, tú fuiste un alfa también, ¿Acaso no sabías cuándo había peligro cerca de la manada?

—Jamás sentí el peligro aún cuando lo tuve en frente de mí —Liv contestó de inmediato—, yo fui una alfa, sí, pero cometí errores también. Yo fui la que peleó con el hombre equivocado para empezar, ¿Cómo crees que eso me hizo sentir? Culpé a un inocente cuando el villano siempre estuvo en frente de mí.

Yo no pude decir nada, pues aunque sabía la historia de Liv como alfa de Månen, no quería preguntarle mucho de ello. Sabía que había sido realmente difícil y que claramente era algo de lo que jamás se habla, pues aunque en mi cabeza Liv es un alma pura, sé que ella no se siente así.
Ambos sabemos que sus decisiones salvaron a Månen, sin embargo, muchas de ellas tuvo que tomarlas sabiendo que más de uno sería perjudicado en el proceso.

El Destino De Un Alfa © [PAUSADA]Where stories live. Discover now