Capítulo Diez: Equipo

730 103 24
                                    

Baruk

—Esto se está complicando.

Miré a Emdrick tirado en el suelo. Estaba exhausto pero el vampiro loco no lo iba a aceptar, se estaba esforzando en ayudar a que el proceso de conversión de Diederik fuera más llevadero.

—Y se va a poner peor.

Eros se me acercó en silencio.

—Ya no quedan muchos suministros de sangre —Eros miró la bolsa en su mano—, con lo que usé para alimentar a Emdrick, su dieta normal y si le sumamos lo que hasta ahora ha estado usando para mantenerse lleno para Diederik, ya no contamos con mucho.

Emdrick estaba dormido con la cabeza en la cama mientras que Diederik tenía su brazo en su boca. Aún dormido, Emdrick se encargaba de administrarle a Diederik su alimento.

—A este paso se va a quedar seco —. Comenzaba a preocuparme el hecho de que Diederik parecía tener más apetito de lo usual en un vampiro.

—Pasarán días hasta que pueda controlarse —asintió el pelirrojo—, pero eso sólo es la punta del iceberg.

—¿Hay más? —. Lo miré seriamente.

—Diederik aún debe acostumbrarse a sus nuevos dones y, contando con que Emdrick le pasó la mitad de sus poderes, también él debe aprender a controlarlo —. Eros parecía preocupado.

—Algo te preocupa —. Ya me había dado cuenta de que una idea había estado rondando por su mente retorcida.

—Creí que los demonios de sangre sólo podían convertir a los demás en vampiros, ya sabes, un ser de menor rango que ellos —miró a Emdrick—, pero mi tío fue capaz de convertir a Diederik en su igual, no lo sé, es como si él se hubiese aferrado a su vida.

Señaló a ese par.

—¿Lo escuchas? —murmuró—, aún puedo escuchar el corazón de Diederik latir, incluso sobre el de Emdrick, que es aún muy sutil.

—Los demonios están vivos —. Murmuré comprendiendo todo.

La diferencia entre un demonio de sangre y un vampiro es esa, ellos están vivos y los otros no; aunque considerando que Emdrick tenía entre sus genes algo de lobo, siempre fue sencillo para mí deducir que él podía hacer latir su corazón de manera inconsciente muchas veces; pues no fue hasta que entramos a la pubertad que Emdrick se manifestó como un demonio de sangre dejando atrás su aspecto como vampiro semi-humano.
Él es como un reloj con baja batería, a veces enciende y a veces no; Diederik por el contrario, todo el tiempo hace latir su corazón.

Está vivo.

—Es como si su mordida en realidad sólo hubiese sido una marca —Eros hablaba con claridad—, una marca de lobo.

—Es imposible —lo miré—, él es un demonio. Su veneno hizo una conversión, no una marca, no se puede.

—Pero su madre una loba y no sólo eso —me miró—, es una licántropo que fue convertida por la diosa de la Luna en persona. Eso cambia mucho el panorama de la situación.

Ambos nos miramos en silencio y después volvimos a mirar a Emdrick cuando comenzó a quejarse. Estaba despertando.

—¿Qué hora es? —. Murmuró tallando sus ojos.

—Cerca de media noche —. Me acerqué a él.

—Demonios —suspiró cansado y trató de quitar su brazo de la boca de Diederik. No funcionó—. Diederik va a despertar en un rato y tendrá hambre de nuevo.

Trató de ponerse de pie, pero cuando sus piernas lo traicionaron, yo lo sostuve.

—Si sigues alimentando a Diederik sin alimentarte también, vas a terminar como un colador —. Me preocupaba su falta de cordura cuando se trataba de Diederik—. Debes hallar la manera de detener su apetito.

El Destino De Un Alfa © [PAUSADA]Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu