El Destino De Un Alfa © [PAUSADA]

Capítulo Final: Renacimiento

Baruk

Estrujé fuertemente entre mis brazos su cuerpo y lloré sin hacer ruido mientras que escuchaba su corazón latir en completa calma en medio de aquel silencio arrasador que se situaba en nuestra habitación. Nuestro nido.    

—Perdóname —escuché su voz en un susurro—, prometí que nunca te dejaría y ahora mismo me estoy yendo. Debe parecerte la traición más grande y lo peor es que soy yo quien está haciéndolo.

—Pues no lo hagas —gruñí abrazándola más fuerte a mi cuerpo—, no te vayas. No lo permitiré, no te voy a dejar ir jamás.

—Mi alfa...

Lloré con fuerza y negué con mi cabeza cuando la escuché llamarme así. No me gustaba, ya no lo quería; yo lo odiaba.

—No puedes dejarme, me lo prometiste. Dijiste que no me ibas a dejar jamás y que no importaba si iba al fin del mundo, tú ibas a tomar mi mano e ir conmigo, no puedes hacerme esto. No puedes abandonarme ahora que más te necesito, Liv. Porque ese es tu nombre, Liv, no hay otro. Eres mi Liv Larsen, mi sol. Mía.

—Y no me iría, lo juro, pero tengo un destino que hace mucho ya acepté —me abrazó fuerte—, no te dejaría de no ser necesario, Baruk. Después de tantas vidas, esta fue la única en la que realmente fui feliz. Después de tantos años por fin entendí a lo que Varulv se refería con encontrar a tu alma gemela. Encontré en ti a mi vida misma, Baruk.

Ella se separó un poco y limpió con sus manos mis mejillas.

—Mi fuerte guerrero —sonrió con melancolía mientras besaba mi nariz—, ¿Alguna vez te he dicho cuánto te amo? ¿No quieres saberlo?

Yo asentí en silencio.

—La primera vez que te vi fue como un sueño, pensé que estaba viendo a una estrella nacer, pero lo cierto es que era un niño con una sonrisa tan brillante que me emocionó por completo el corazón —. Acarició mis mejillas con suavidad. Sentía la calidez perfecta de sus manos sobre mi piel—. Yo estuve ahí cuando tus padres eligieron tu nombre, cuando despertaste tu don e incluso cuando te separaste de ellos. Yo siempre estuve ahí, cuidando de ti.

Besó mis labios con cariño.

—Tuve el privilegio de ver a mi alma gemela crecer.

—Pero todavía no termino de hacerlo, por favor, no te vayas.

—Mi Baruk —. Me abrazó fuerte y la escuché sollozar. Ella no quería que la viera llorar—. Un día, cuando todo esto termine, te darás cuenta de que nuestro sacrificio fue lo mejor y estarás bien.

—Nada está bien, no debería ser así. Se supone que yo no debería perderte, se supone que estaríamos juntos toda la vida y que a tu lado formaría mi hogar, ¿Cómo haré eso si te vas? ¿Cómo voy a ser feliz si no estás?

—Baruk, escúchame.

A pesar de tener los ojos llenos de lágrimas, mi luna se las arregló para verse seria y fuerte para mí.

—Yo te amo y eso nunca va a cambiar, jamás amaré a nadie más, lo prometo —acarició mis mejillas—, y es por ese amor que estoy entregando mi vida a cambio de proteger la tuya, ¿Entiendes? No importa si yo muero, tú debes seguir adelante y cumplir con tu deber.

Sonrió con gentileza.

—Debes ser el alfa que estás destinado a ser, Baruk Hale.

La miré con tristeza y, aunque seguía llorando, asentí entendiendo lo que ella quería decir.

—No podré volver jamás, pero por favor, prométeme que serás feliz incluso si yo no estoy, ¿Está bien?

Besó mi frente.