Capítulo Veinticuatro: Descubrimiento

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Baruk

—No te levantes tan rápido.

Liv acababa de despertar y ya quería sentarse. Como siempre, una guerrera en toda la extensión de la palabra.

—¿Qué pasó? —. Murmuró tocando su frente—. Me duele tanto la cabeza...

—Toma esto —le entregué una botella de medicina especial—, Eros la hizo hace tiempo para el dolor. Te servirá.

—Yo quiero un poco también —. Vi al pelirrojo levantar su mano desde su sofá.

Liv bebió un trago de la botella y después la fuimos pasando a los demás. Todos estaban recuperando la conciencia de a poco y estaba seguro de que no tardaríamos en resolver esto.

Todo esto estaba mal.

—¿Cómo es que les pasó esto? —. Emdrick sostuvo a Diederik quien todavía estaba algo reacio a despertar.

—No lo sé —Sirhan le dio la botella a Zia—, pero eso nunca me había pasado. Las gemas no hacen eso.

Zia bebió de la botella y después la devolvió a Sirhan quien bebió el último trago.
Esos dos estaban teniendo una especie de conexión últimamente que me ponía a pensar, pero como Liv suele decir, no debería hacerlo de más. Zia sabe lo que hace y lo que es capaz de hacer para mantener a Sirhan a raya.

Es una líder increíble.

—¿Cómo que esto no pasa? —Romi acariciaba la frente de Adrien para calmarlo. Aún temblaba durmiendo—, esto sin duda fue a causa de las gemas.

—No lo sé —. Negué con la cabeza.

—¿Cómo que no lo sabes? Cuando esas cosas hicieron boom, los demás hicieron poof —. Nalu trató de aligerar la situación con sus malos chistes—. Nunca nos había pasado algo así.

—Exactamente.

—¿Qué tratas de decir?

—Bueno, hemos tenido las gemas por un largo tiempo —pensé en voz alta—, nunca habíamos tenido un accidente así y ni siquiera porque lleváramos las gemas al mismo tiempo.

Aclaré mi garganta.

—Lo que trato de decir es que muchas veces pudimos juntarlas sin querer —negué con la cabeza—, ¿Por qué ahora? ¿Por qué cuando Nora y Eros se juntaron?

—Incluso mi gema brilló y me llamó antes de todo esto —Argus asintió—, ¿Por qué justo ahora?

—Debe haber un origen en común —Eros pensó en voz alta—, quizá está en la manera en la que la obtuvimos.

—Cuando Fred me la dio no pasó nada inusual. Me hizo jurar que la devolvería, nada más —. Nora comentó.

—Ni me recuerdes a esa cosa —Eros frunció su ceño—, ese tipo me cae tan mal como un golpe al estómago.

—Dejando tus celos a un lado —Argus negó con la cabeza—, ¿Por qué nos afectamos por las gemas? Más bien, ¿Por qué se afectaron los que ni siquiera las habían tocado?

Miré a Liv. Argus tenía razón, ella no había tocado mi gema nunca, ni siquiera la de Byron, ¿Por qué se había afectado por el choque de la gema de Eros y Nora?
No tenía ni la más mínima idea de lo que había sucedido y tampoco tenía una explicación clara en mi mente porque no sabía ni entendía lo que pasaba con las gemas y con mi manada.

—Sea como sea, hay que mantener las gemas separadas por ahora —ordené a todos—, no hay que dejar que se junten hasta que podamos averiguar la razón por la que los afectaron.

El Destino De Un Alfa © [PAUSADA]Where stories live. Discover now