Capitulo 30: Noche, medianoche.

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Se que me van a ignorar, así que
¡Puchenle play!

☆.☆☆.☆

Se había marchado, después de que su amigo le dijo aquellas palabras, ni siquiera recordaba como fue que se había despedido, para después irse y dejar a la pareja sola en la casa.

Cuando volvió la vista hacia arriba, en dirección a las escaleras, sintió un nudo en la garganta. Un dolor en el pecho, no podía ser cierto. No podían ser nervios.
Porque Fugo le estaba mintiendo, ¿cierto?

Solo era una broma pesada, algo para intentar aligerar el trago amargo de la petición de cuidado, que le había dicho a él. Trago saliva, cerro la puerta y hurto su celular para darse cuenta de la hora. Sin mensajes, ni llamadas perdidas, así que seguramente su madre no llegaría  a casa, gracias a una conquista. Nada fuera de lo normal, al menos para el.

Dio el primer paso al escalón, tomo el barandal con una mano y agitó su rostro en señal de negación. Todo era una broma, Fugo le mentía… por primera vez.

Cruzo su casa entera, llego a su habitación y descubrió al invitado ya acostado y cubierto en una sábana, donde ya dormía. En una esquina de la cama, había dejado su mochila cubierta por la ropa doblada del mayor, y noto que al menos había vestido el short a diferencia de la camisa que rechazó.

-¿Abbacchio?- murmuró con voz sutil, no escuchó respuesta. Ya debía estar durmiendo.

Bruno fue con cautela al baño, dio sus vueltas antes de dormir; cambiarse de ropa, despeinarse y cepillar su cabello, lavar su rostro y sus dientes. Si empezaba a delinear sus ojos, tenía que desmaquillarse. No sé acordaba que se había maquillado, incluso sus amigos, ahora que lo pensaba, probablemente no lo habrían notado por los lentes, así que no debía de sorprenderse de que todos lo pasaron por alto.

Tan pronto se puso los lentes de vuelta, volvió a verse al espejo. Había olvidado por completo ir a la óptica, le habían dicho que en un solo día, tendría su pedido, pero había pasado tanto en tan poco tiempo, ni siquiera pudo recordarlo con todo lo ocurrido, de igual forma, era lo de menos, mañana iría por ellos.

-¿Por que no usas pupilentes?- escucho en mente, la pregunta que le había hecho hace tiempo, al acomodar sus lentes nuevamente -¿Miedo a lastimarte un ojo?- recordó la pequeña burla que había hecho, y donde ambos sonrieron el uno al otro

Siendo honestos, si tenía un poco de miedo a lastimarse, pero había accedido con su amigo a hacer un cambio completo de look y los lentes eran parte de eso, ahora menos podía echarse para atrás o provocaría la ira de Brando, río.

Respiro profundo una vez más, y apago las luces para regresar a su habitación. Fue cuidadoso y silencioso al caminar, se abrió paso, donde finalmente llegó hasta su cama.

Se sentó en ella, y miro al joven una última vez. Estaba muy dormido, que no se había movido ni un centímetro

Se acostó, miró su lámpara encendida y se reclino para apagarla, eso hasta que en sorpresa. Noto los ojos abiertos de alguien que no era el.

-¿Te desperté?- murmuró rápidamente, antes de apagar la luz. El nego en silencio, moviendo su cabeza un poco, casi nada.

-No puedo dormir- contesto en un susurro, sin mover los brazos que tenía extendidos frente a su rostro. Ahora solo su mirada era lo único que se movía -Ademas, casi no haces ruido- le dijo  intentando sonreír un poco al menor, que reacomodo sus lentes para verlo con la tenue luz de la lámpara.

Para ser verdad, el chico de cabello largo no esperaba estar ahí acostado, siendo honestos, mucho menos sabia porque con tanta facilidad había aceptado. Tenia un carro, podía manejar y llegar a su casa en menos de lo pensado. No vivía lejos, o eso sentía al acostumbrarse a manejar tan rápido, que podría estar en su casa sin problema pero no, estaba ahí,en casa de él.

Verano (AbbacchioxBruno)Where stories live. Discover now